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Poemas de María Elena Cruz Varela

Poemas de María Elena Cruz Varela

Nacida en Colón, Matanzas, en 1953, María Elena Cruz Varela es una de
las sobresalientes voces del campo de la poesía hecha por mujeres
cubanas entre las últimas dos décadas de la anterior centuria y lo que
va del presente siglo. Su nombre  está en un listado epocal de féminas
hacedoras de versos, entre las que pueden mencionarse Bertha Caluff,
Damaris Calderón, Margarita García Alonso, María Elena Hernández,
Odette Alonso, Sonia Díaz Corrales, Reina María Rodríguez, Rita Martín
y Teresa Melo.
Entre los libros de poesía publicados por María Elena Cruz Varela se
encuentran Mientras la espera el agua (1987), Afuera está lloviendo
(1989), El ángel agotado (1991) y Ballad of the blood! Balada de la
sangre ( 1995) en  edición bilingüe.
Esta destacada autora también ha incursionado en la narrativa y así ha
dado a conocer las novelas Juana de arco: el corazón del verdugo,
publicada en el 2003, y  La hija de Cuba, salida al mercado en el
2006. Debe señalarse que María Elena Cruz Varela ha recibido diversos
premios literarios, entre los que figuran  el Premio Nacional de
Poesía Julián del Casal,  el  Premio Mariano de Cavia de Prensa
Española en  1995 y el Premio de Novela Histórica “Alfonso X El Sabio”
por  su creación Juana de Arco: el corazón del verdugo.
Hoy en Miradas Desde Adentro se reproducen algunos poemas de esta
importante escritora (en la actualidad residente en Madrid, España),
prácticamente desconocida por la joven generación de amantes de la
poesía en Cuba.

El ángel caído

Mira David.
Cómo se encrespan los últimos corceles de la tarde.
Cómo se insubordinan.
Cómo aclaman triunfantes las voraces trompetas.
Pero ya no recuerdo cómo llegan las cosas a nombrarse.
Pero es que ya no sé.
Se me pudren de infamia las prendas de ir viviendo.
Y soy un ángel más.
Un ángel que se agota. En la corte agotada de los ángeles.
Mira David.
Cómo se agitan los corceles finales.
Cómo acuden al grito triunfal de la trompeta.
Anuncian que hay que huir. No importa a dónde.
No importa a qué país de miniaturas.
No importa a qué proyecto.
O espejismo. Yo sólo quiero huir.
Evadir los escombros del íntimo desastre.
Si pudiera negarles el don de la palabra.
Es que han mentido tanto.
Nos traicionaron tanto. La esperanza es tan frágil.
Es tan frágil la tierra prometida.
Los ángeles se exilian en bandadas.
Renuncian al instante de las revelaciones:
nos han mentido tanto.
Y soy un ángel roto dejándose rodar por las alcantarillas.
El agua inmunda es sólo
una verdad vaciada entre tanta mentira.
Migajas. Sólo nombro migajas. Es muy serio
cumplir treinta y siete años. Y ser un ángel roto.
Violento de llorar en la vigilia.

Plegaria contra el miedo

Volando está la voz. Su frágil marioneta
con hilos invisibles.
Finísimas agujas hilvanan dulcemente
en tenue claroscuro sobre el mantel del tiempo.
Del tiempo que nos deja. Que nos levanta en vilo.
Que a veces. Por azar. Nos multiplica.
Lenta. Muy lenta. Leve. Miro a mi alrededor.
Entono esta plegaria contra el miedo. Contra el miedo
del hombre que se arrastra. Silba. Vuelve a escupir.
Maldice. Vuelve a escupir. Alaba.
Se duele. Me lastima. Se dobla. Me desplaza.
Contra ti mi plegaria. Plegaria contra el miedo.
Mezcla de horror y júbilo. De fibra lacerada.
Contra mi lado oscuro. Contra las aguas mansas.
Contra ti. Contra todo. La voz.
La voz. La frágil marioneta.
La débil manecilla pendiente de la voz.
La voz sobre su eje.
Aquí dejo el renglón de mansedumbre.
Aquí será la voz. Lenta. Lenta aclama la voz.
Se torna rictus. Regresa a los nostálgicos colores.
Imploran los que fuimos tan muertos por el fuego
y volvemos llorando al ojo de agua.

La trampa

No obstante, sólo puedo alegar a mi favor
que a veces cedo.
Caigo en minúsculas trampas que nos arma la vida.
En trampas como jaulas para cazar gorriones.
Que algunos días. ¡Oh, días específicos!
Al abrir el balcón. Al asomarme y ver
con todos los sentidos.  Y oír con todos los sentidos.
Y oler con todos los sentidos. Soy un terco violín
en evidencia. A veces –excusa delirante-
la vida se me vira como un juego de cartas
mostrándome los triunfos.
Me enamora con labios nuevecitos.
Me apremia. Imprescindible. Un cuarto movimiento:
novena sinfonía de Ludwig van Beethoven.
Como una credencial. Un aquí está mi mano.
Mis millones de manos.
La piel se me estremece de piedad infinita:
El hombre mata. Muere. Miente. Roba. Claudica
de espaldas a esa música en un afán voraz de permanencia.
Confunde libertad con desplazarse.
El hombre duerme armado contra los otros hombres
y contra el hombrecillo
que habita los rincones más claros de su pecho.
A pesar de esa música. A pesar del balcón.
Del sol que estreno. A pesar de esa Oda feroz a la Alegría.
De la limpia mañana
que niega los despojos de la cena de ayer.
No obstante, digo. La vida hoy se presenta como un traje.
Y sé que es una trampa. Pero cedo. Y me dejo embriagar
y acepto cualquier tregua. Y soy una espiral.
Un balancín. Un coro. Porque sucede a veces
que al abrir el balcón. Al asomarme y ver.
Y oír. Y oler. Con todos los sentidos.
La vida me ha sacado bajaras de la manga.
No obstante, sólo puedo alegar a mi favor:
Es una trampa. Y me dejo caer.

Canción de amor para tiempos difíciles

Difícil escribir te quiero con locura.
Hasta la misma médula. ¿Qué será de mis manos
si les roban la magia sonora de tu cuerpo?
Difícil. Muy difícil un poema de amor en estos tiempos.
Resulta que tú estás. Feroz en tu evidencia.
Resulta que yo estoy. Contrahecha. Acechante.
Y resulta que estamos.
La ley de gravedad no nos perdona.
Difícil es decir te quiero en estos tiempos.
Te quiero con urgencia.
Quiero hacer un aparte. Sin dudas y sin trampas.
Para decir te quiero. Así. Sencillamente.
Y que tu amor me salva del aullido nocturno
cuando loba demente la fiebre me arrebata.
No quiero que me duela la falta de ternura.
Pero amor. Qué difícil escribir que te quiero.
Así. Entre tanto gris. Tanta corcova junta.
Cómo puedo aspirar la transparencia.
Retomar esta voz tan desgastada.
Esta costumbre antigua para decir te quiero.
Así. Sencillamente. Antiguamente. Digo.
Si todo es tan difícil. Si duele tanto todo.
Si un hombre. Y otro hombre. Y luego otro. Y otro.
Destrozan los espacios donde el amor se guarda.
Si no fuera difícil. Difícil y tremendo.
Si no fuera imposible olvidar esta rabia.
Mi reloj. Su tic- tac. La ruta hacia el cadalso.
Mi sentencia ridícula con esta cuerda falsa.
Si no fuera difícil. Difícil y tremendo.
Plasmaría  este verso con su cadencia cursi.
Si fuera así de simple escribir que te quiero.

Poemas de Sonia Díaz Corrales

Poemas de Sonia Díaz Corrales

El prejuicio con la literatura escrita por mujeres tuvo larga data en el universo literario cubano. Los patrones machistas que han prevalecido en nuestro contexto son responsables en gran medida de dicha situación. Afortunadamente, creo que lo antes expuesto ha ido cambiando poco a poco. La madurez expresiva y calidad del quehacer de nuestras féminas se ha impuesto en la novela, el cuento, la poesía y el ensayo.
Para mi generación, es decir, los que nacimos en el decenio de los sesenta de la pasada centuria e irrumpimos a la esfera pública en la década de los ochenta, hay un grupo de poetas femeninas que impactaron con su decir a quienes amamos la poesía. Entre ellas y de forma rápida pudiera mencionar a Bertha Caluff, Damaris Calderón, Liutmila Quincoses, María Elena Hernández, Odette Alonso, Rita Martín o Teresa Melo
En lo personal, Sonia Díaz Corrales es una de las mujeres poetas que más me gusta de aquel grupo perteneciente a mi generación. Concuerdo con quienes han visto en ella una especial sensibilidad que le posibilita el cuestionamiento de todo acto y en correspondencia con ello, el lector se siente incluido, tentado por el autoexamen que la poeta nos propone. Otro rasgo de su discurso lírico sería la fluidez que posee en el lenguaje utilizado y que pareciera traducir el fluir del pensamiento y de las preocupaciones éticas de buena parte de sus contemporáneos.
Nacida en Sancti Spíritus en 1964, Sonia Díaz Corrales ha sido galardonada en concursos como el David de la UNEAC, 13 de Marzo de la Universidad de La Habana, Abel Santamaría de la Universidad Central de Las Villas, el de la revista El Caimán Barbudo, América Bobia de la ciudad de Matanzas y el Bustarviejo de Madrid. Entre sus libros publicados se encuentran La cáscara y la nuez (1991), la plaquette Diario del grumete (Sed de Belleza y Taller Editorial Vigía, 1997), y Minotauro (Ed. Letras Cubanas, 1998) y aparece incluida en las antologías cubanas Tertulia poética, Poesía infiel, Retrato de grupo, Poesía espirituana, Mis barcos nuevamente, así como en la antología de la Universidad Autónoma de México Un grupo avanza silencioso.
Hoy dejo aquí en Miradas Desde Adentro un par de textos de esta espirituana, en la actualidad residente en España, que tienen méritos suficientes para figurar en cualquier selecta antología de poesía cubana de los últimos cuarenta años. Digo yo.

Poemas de Sonia Díaz Corrales

Ya MÁS NUNCA MÁGICA

Cuando todos nos mirábamos al espejo
y yo era mágica
cuando le daba a cada uno mi brillo
y maldecía de antemano a quien lo perdiera
cuando creía que estaba loquísima
y me llenaba el gorro de guisasos
cuando comíamos y dormíamos la misma siesta
y yo era correcta y no daba gritos
cuando vivíamos felices
y el milagro era yo transparentando mi desnudez
cuando casi no teníamos guerras
cuando nacíamos y moríamos sin que nadie preguntara
por qué esta mujer se ensarta con su lanza
y nadie aquí se mueve del espejo.
Cuando flotaba y ustedes no bajaban a la tierra
cuando pregunté por nosotros
y nadie quiso responderme..Cuando lo bueno y lo peor
lo ácido y lo que no quiero decir ahora
se fundan
y yo avise.
Cuando los hijos no estén en África o en Miami
y los padres no se mueran de cáncer
cuando las mujeres salgan
de los hoteles
de todas las oscuridades
sin que el espejo se empañe.
Cuando me pueda cercenar un brazo
y hallar un hombre que me quiera manca y neurótica
ya más nunca mágica
sin nada que repartir
cuando me quede sola
y ni el espejo devuelva mi imagen verdadera
cuando ni yo me reconozca
cuando volvamos todos y no sea igual
cuando ninguno esté tan puro
como para reírse delante del espejo
cuando yo pregunte
cuando todo se repita
y ustedes no me quieran ver.
Cuando me desarme
cuando me arme
cuando me canse
cuando los acuse
cuando me despierte
cuando llore
cuando me rinda.
¿De parte de quién estará el espejo?

APOLOGÍA DE LA NADA

Amo los caballos cuando van veloces hacia la nada
amo el mar cuando llega a la nada de la arena.
De los caballos amo su altivez
la brillante sagacidad del ojo
del mar amo como envuelve a la arena
y le deja esa huella lisa y fugaz
en ambos el leve temblor de lo imperecedero
ese instante en que saltan los recios músculos
ese mínimo instante en que el agua salta sobre el agua
y tiemblan ambos
porque saben
yo lo sé
que van hacia la nada
y aún asíno se detienen.SEIS HORAS DE DIFERENCIA
Son las diez de la mañana
y del otro lado del mundo duermen
estas seis horas de diferencia
de atraso
de disminución
de franca desesperanza
aún en los relojes.
Son las diez de la mañana
y alguienme ha recordado de modo despectivo
que aunque despierte seis horas antes
en realidad sigo siendo de allá
del otro lado del mundo.

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