Etiqueta: Pedro Pablo Oliva

Poemas de Nelson Simón

Poemas de Nelson Simón

Hace años que conozco la obra de Nelson Simón (Consolación del Sur, 23 de noviembre de 1965) y siempre he admirado la tremenda capacidad de trabajo de este creador pinareño. El quehacer desarrollado por él como poeta, narrador, editor y escritor radial o para la grey infantil ha sido intenso y demostrativo de que cuando se quiere, se logra vencer el tan llevado y traído fatalismo geográfico de no residir en La Habana sino en otro punto del país, experiencia que comparte con coterráneos suyos como el pintor Pedro Pablo Oliva, la escritora Nersys Felipe y la trovadora Yamira Díaz. 

Prueba de lo mucho y bueno hecho por Nelson Simón son libros de poesía suyos como El amolador de tijeras pregunta por su casa (1987), Ciudad de nadie (1992), El peso de la Isla (1994), Criatura de Isla (1995), Con la misma levedad de un náufrago (1996), el que es mi favorito de todos:  A la sombra de los muchachos en flor (2001), Carta inconclusa a Dulce María Loynaz (2002), Para no ser reconocido (2002), De la mala memoria y el verano (2008).

No pueden obviarse sus títulos de literatura para niños, como por ejemplo,  En el cofre de un pirata (1998),  Brujas, hechizos y otros disparates(2000), Cuentos del buen y mal amor (2007) y  Marilola la vaca que canta (2008). 

Como consumidor de la poesía de Nelson Simón y sin ser especialista en la materia, puedo asegurar que la misma es serena, fina y hermosa. Sus textos son de esos que nos inspiran. En algunos de sus versos se transmite una profunda y diría que estimulante melancolía, siempre sin ningún tipo de estridencias en el tono. En su poética sobresale la pureza en el empleo del lenguaje y algo así como una belleza clásica de imágenes de un enigmático lirismo. 

En mi caso personal, nunca olvido versos suyos y que cada día hago más míos, como esos donde dice: “Y ahora que soporto el peso de la isla, / que cargo con mi país / como quien carga una pesada cruz/ o el más necesario de los equipajes; / no sé hacia dónde voy, / no sé lo que me aguarda si logro amanecer…” o estos otros: “Y ahora que llevo mi país / como quien lleva una corona de espinas / hiriéndome la frente, / es mi país el sitio más querido, / también el más odiado, / es el ruedo de muerte, es la desesperanza, / otro golpe de mar, su inminente presencia.” 

Lírica a la que hay que acudir si nos interesa conocer uno de los derroteros de la actual poesía cubana, hoy en Miradas Desde Adentropublicamos una pequeñísima muestra de la obra de ese notable escritor que es Nelson Simón.

CASA QUE NO MUEVE EL VIENTO

Ya llegan. Esto es un escenario,

un espacio de transparencias sin inicio ni fin

o un rechinar de campanas

que en algo se asemejan a una tarde de abril recién llovida.

Siempre supe que el telón de fondo no era un telón.

La ciudad no era la ciudad sino la ausencia,

el vacío, la navaja en la cal,

esa herida que va trazando el miedo en los recuerdos.

Ya llegan. Para entrar a la noche yo preferí tus ojos

y jugué a ganarme o perderme en su brillo, jugué

y el juego fue cierto hasta morder mi carne

y la noche voló en círculos,

borrándose despacio al pié de los ciruelos.

No se puede salir a recoger ciruelas en la lluvia

y exponer las blancas llanuras de la infancia a sus agujas.

No se puede esperar nada de la espera

ni de las aves que se vuelven efímeras al doblar de la esquina.

No se puede esperar.

…………….…………..Siempre lo supe y esperé.

Soñé todas tus latitudes

reuniéndose allí

donde no llego yo ni mi memoria,

donde el mar y las sombras y los barcos se unen

y son un mismo nudo encendido por la espuma del tiempo.

Ya llegan, mi casa es hoy el vértice

y a mi casa ya no la mueve el viento.

¿Dónde están las ventanas

abiertas hacia la infinitud vertiginosa de la sangre?

¿Dónde quedó el murmullo del cazador,

los poemas que colgaban del techo como flautas

cuando yo era una sombra entre tus brazos

y tu eras otra sombra a la sombra de mis brazos enmudecidos?

Ya llegan, ¿Soy acaso otra vuelta de espiral?

Hay una estación del año que me olvida;

hay una escalera que siempre me conduce

al necesario ronquido de la lámpara.

¿Alguien presiente mi urgencia

el olor de los altísimos ciruelos?

No soy el historiador de las lluvias

pero su filo clavado en los terrones

es el anuncio del sueño donde sigues.

Yo también vi verdades roídas por el sueño.

Busqué entre los días y auguré que faltaría uno.

Yo también te imaginé como una hoguera

en la pupila de los peces

y oí los techos levantarse

y los trenes tragarse los paisajes

y tu voz llenarse con la inmovilidad

de los enamorados de Pompeya,

quise irme con las últimas señales del invierno,

tocarme, sentir que ya no estaba;

pero entre ojos miro y entre equilibristas

acecho el equilibrio.

. Ya vienen. En algún lugar siempre estuvo escrito que vendría.

De qué vale mentir, decirles:

-no, yo no soy el que fui ni soy el que seré.

De qué vale ocultar la cicatriz que va dejando el miedo

y resultar ajeno. Han entreabierto el humo.

Está aquí la lluvia y su salvaje ejercito de recuerdos.

El túnel continúa y yo sigo cayendo hasta tu vientre.

¿Dónde surge esa música?

¿Qué reloj me oculta en su inmunidad?

¿Qué maderas son estas que me envuelven?

Hay un niño que escribe sobre las hojas secas,

repletos de distancia veo moverse sus ojos.

Hay un patio inmenso donde no cabe el niño

ni el límite entre su corazón y la sonrisa

ni el animal que gota a gota se fuga hasta sus pies.

Hay árboles talados y un abuelo de polvo colgando en las paredes.

Hay un miedo feroz a los silencios,

que espera en la lluvia de un sábado sin fecha ni estatura,

que regresen los trinos nunca vueltos

y le traigan noticias de todo lo que aguarda,

allá, tan lejos,

en la casa que no mueve el viento.

IMPOSIBLES

Ahórcate un momento.     Cuelga de uno de esos días

en que el país asfixia.

Cae y deja fluir la leche de tu carne

pasto para el gusano y el absurdo.       Permanece.

El sueño no basta.        La escritura no libera tu espíritu.

La culpa ha de ser la misma

y a esta hora las vacas pastan sigilosas

en sus jugosos cuartones turísticos

bien diseñados, de un verde que deslumbra

y seduce.     Para ti la fiebre.

La cabeza que se parte de tanto pensamiento atascado

y tanto animalito fosforescente e imposible

que entra por los ojos.

El mundo ante ti,     virtual,     ajeno,     futurista;

pero aclimátate en la cueva

donde sueñas aquello que ya soñaron otros hombres.

No alces la mirada.      Sé humilde

hasta en el modo en que te tiendes a contemplar el cielo.

Envejece con resignación

ahorrando el oxígeno y los días

que se deslizan bajo tus pies:

“se están vendiendo parcelas en la luna…”

“Dolly tiene otra hermana…”

“El Euro ha unido a Europa…”

“Por la calle Alcalá un millón de homosexuales

demuestran que las aguas de un río 

nunca son las mismas…”

Las palabras no alivian.     Son la cáscara

atascada en los remolinos del fregadero.

Entramos al milenio y creo oír las mismas voces. 

Pedaleo en mi bicicleta forever siempre forever

azul pastel                    

y el cielo oxidado sobre tus párpados,

el plátano que abunda

y el sinsonte sin argumentos sobre la madrugada:

maneras de asumir la resignación y el sexo 

cada vez más escaso y necesario,

cada vez más caro un minuto de tierno placer.

Asómate.     Sé el gato que imperturbable,

en la ventana,   

ve pasar la vida.

Ahórcate un momento.    Cuelga de uno de esos días

en que el país asfixia.

Vuelve Bienal de La Habana

Vuelve Bienal de La Habana

Por Joaquín Borges-Triana

La XIII edición de la Bienal de La Habana, el mayor evento de las artes visuales de Cuba, se inaugurará el venidero 12 de abril. Este esperado encuentro por los amantes de las artes visuales  contará con una selección de piezas de unos 300 artistas cubanos y de representantes de 52 países invitados.

La nueva emisión de la Bienal de La Habana girará en torno al tema «La construcción de lo posible» y en su nómina de curadores estarán los reconocidos artistas cubanos Manuel Mendive, Roberto Fabelo, René Francisco Rodríguez, José Manuel Fors, José Villa Soberón, Pedro de Oraá, Pedro Pablo Oliva, Eduardo Ponjuán y José A. Toirac, todos premios nacionales de Artes Plásticas.

Según han informado los organizadores de la Bienal, en esta edición habrá una «fuerte» presencia de América Latina, al igual que de Europa y el Caribe, «lo que demuestra el crecimiento del evento como espacio de intercambio y promoción del arte contemporáneo a nivel internacional».

Entre las muestras que se podrán apreciar durante los días de la Bienal están «La posibilidad Infinita», que se instalará en el Museo Nacional de Bellas Artes con seis grandes ejes temáticos; «Intersección» con sede en la galería Factoría Habana y «Detrás del Muro», que ―tras sus exitosas versiones de 2012 y 2015― traslada la creación artística al malecón habanero, con el fin de «hacer del arte un acto cotidiano».

Importante es resaltar que la Bienal también se insertará en instituciones habaneras como los centros de Arte Contemporáneo Wilfredo Lam, el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, el Centro Hispanoamericano de Cultura, la Fototeca de Cuba, la Biblioteca Nacional José Martí, la Casa Simón Bolívar, el céntrico Pabellón Cuba y el Estudio taller Chullima, entre otros.

La Universidad de las Artes (ISA) acogerá las jornadas teóricas en las que habrá exposiciones y talleres impartidos por profesores y recién graduados de esa institución.

Igualmente impartirán talleres intelectuales extranjeros como el paraguayo Ticio Escobar, el portugués Boaventura de Souza Santos y el colombiano, Carlos Jauregui.

En este 2019, el evento trascenderá los límites de La Habana, su sede habitual desde 1984, y se presentarán el proyecto Farmacia, en Pinar del Río; la iniciativa «Ríos intermitentes» de la artista Magdalena Campos, en Matanzas; la muestra colectiva «Mar adentro», en Cienfuegos; y el Festival de Videoarte, en Camagüey.

Asimismo, en la próxima edición de la Bienal volverá a sorprender a todos la intervención del Malecón, solo que en esta oportunidad se presta más atención al proceso de retroalimentación entre los espectadores y las obras, a partir de la inserción del arte en el espacio público.

De tal suerte, habrá un despliegue de la exposición Detrás del Muro antes, durante y después del evento, dado que los espectadores tendrán la posibilidad de participar en los procesos de montaje, las performances, y en los talleres. La exposición no acaba junto con la Bienal el 12 de mayo, sino que continúa hasta noviembre, como parte de la celebración por el aniversario 500 de La Habana.

Por otra parte, el proyecto dedelmu, como se le llama abreviadamente, se extenderá a la Avenida de Puerto, el Prado, el Callejón de los Peluqueros, el solar de La California y la barriada Colón. Participarán 71 artistas de nueve países, entre ellos, la peruano-americana Grimanesa Amorós; los mexicanos José Dávila y Javier Marín; el francés Laurent Grasso, y el español David Magán.

Varios artistas cubanos de la diáspora también son parte imprescindible de este proyecto, como se anuncia desde el mismo título Detrás del muro, y en la ocasión estarán Nereida García y Carlos Martiel, Juan Milanés y Emilio Pérez; Aimée Joaristi y Enrique Martínez Celaya, entre otros.

Entre las obras anunciadas que ya despiertan vivo interés, habrá una escultura de Roberto Fabelo, quien llama la atención sobre los problemas de la cotidianidad, y  la intervención que hará Pedro Pablo Oliva del Hotel Terral con una selección de lienzos y bronces.

Es importante acotar que desde su surgimiento, Detrás del Muro es un proyecto que revalida la intención de transformar la manera en que los seres humanos interactúan con el espacio público.

Suscríbase a nuestros boletines diarios

Holler Box

Suscríbase a nuestros boletines diarios

Holler Box