Etiqueta: Omara Portuondo

De aquí y de allá.

De aquí y de allá.

Por Joaquín Borges-Triana

Noticias acerca de la próxima gira de Omara Portuondo, los nuevos galardonados con el Premio Nacional de Cine, el debut de Rafael Ernesto en el cine mexicano e impresionante precio pagado en Sotheby’s por una obra de Carmen Herrera.

Gira mundial “El último beso”, de Omara Portuondo

Omara Portuondo realizará a partir del próximo mes de abril lo que ya algunos catalogan como su última gira por Estados Unidos, país en el que ofrecerá conciertos en ciudades como Nueva York y Los Ángeles.

La diva del Buena Vista Social Club actuará en EEUU como parte de su gira mundial El último beso, que podría ser su despedida de los escenarios internacionales.

De 88 años, Omara ha estado cantando desde la década de 1950 y el pasado 2018 publicó su disco Omara siempre, el más reciente que ha editado hasta hoy.

Nacida en La Habana el  29 de octubre de 1930, Portuondo es conocida como “la novia del feeling”, el importante movimiento que en torno a la canción en Cuba tuviese como protagonistas a figuras como José Antonio Méndez y César Portillo de la Luz, entre otros.

Aunque entre los cubanos su popularidad es de larga data y se le respeta desde que debutase con su primer disco en 1967 con arreglos de Juanito Márquez o por la etapa en que laborase con el respaldo del guitarrista Martín Rojas, su triunfo a escala internacional es mucho más reciente. Así, en tiempos cercanos, Omara se ha mantenido viajando con el grupo Buena Vista Social Club y trabajando en varios proyectos personales y como invitada de diversos músicos, tanto en conciertos como en grabaciones.

Una de sus más recientes presentaciones en Cuba fue la que ofreció en el Teatro Nacional junto a importantes artistas para recaudar fondos para los damnificados del tornado que recientemente azotó La Habana.

En Estados Unidos la legendaria intérprete actuará en el Regent Theatre de Los Ángeles, el Sony Hall de Nueva York y el Old Town School of Folk Music de Chicago, entre otras ciudades.

La prensa estadounidense ha exhortado a los fanáticos de la música latina a asegurarse de no perderse la oportunidad de disfrutar de los que pudieran ser los últimos conciertos de la cubana en ese país.

“Los fanáticos de Portuondo o simplemente de la música latina en general deben asegurarse de no perderse  estos espectáculo”, indicó el sitio Consequence of Sound.

Después de sus conciertos en Estados Unidos la cantante se presentará en Canadá, Reino Unido y Austria, entre otros países.

Triple Premio Nacional de Cine

El Premio Nacional de Cine 2019 fue conferido a tres importantes figuras de la cinematografía cubana llevada a cabo por el ICAIC. Los galardones recayeron en el productor Miguel Mendoza, el sonidista Gerónimo Labrada y el director de fotografía Livio Delgado.

El premio será entregado el próximo 22 de marzo, como parte de las actividades por el 60 aniversario del ICAIC, fundado el 24 de marzo de 1959.

Desde su ingreso en el ICAIC en 1961, Livio Delgado ha trabajado en más de 50 obras como director de fotografía junto a los más importantes directores cubanos, en títulos como Cecilia, La muerte de un burócrata, Retrato de Teresa, Una novia para David y Ciclón, entre otros.

Por su parte, Miguel Mendoza trabaja con el ICAIC desde 1959 y ha producido más de 40 películas entre largometrajes, mediometrajes, video clips y series de televisión. Su experiencia de más de medio siglo la ha compartido en talleres y conferencias tanto en Cuba como en otras partes del mundo.

Miguel Mendoza es valorado como una de las personalidades clave en la producción cinematográfica cubana de varias décadas y sus servicios han sido muy solicitados a lo largo de años por disímiles directores del país.

Este sobresaliente  productor ha intervenido, por ejemplo, en clásicos como Memorias del subdesarrollo, de Tomás Gutiérrez Alea; La primera carga al machete, de Manuel Octavio Gómez; Manuela, de Humberto Solás, y la igualmente icónica Soy Cuba, del soviético Mijail Kalatosov.

En el caso de Jerónimo Labrada Hernández, él  fue el grabador de la mayoría de las obras del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, que en este 2019 cumple 50 años de haber sido creado. También  trabajó en discos de Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Leo Brouwer, Sergio Vitier, Frank Fernández, Sara González e Isabel Parra, entre otros.

Fundó y dirige hasta la actualidad la cátedra de Sonido de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños y participó en cerca de cincuenta Noticieros ICAIC Latinoamericanos, dirigidos por Santiago Álvarez, así como en varios de sus documentales.

Labrada ha puesto su talento como grabador al servicio de materiales fílmicos como 79 primaveras, de Santiago Álvarez; Al sur de Maniadero, de Octavio Cortázar; Guardafronteras, de Rogelio París, y Los dioses rotos, de Ernesto Daranas, entre muchos más.

Nueva obra de Abel González Melo

«Un actor de reparto, cansado de la rutina. Una joven actriz, llena de ilusiones. Una cesta de manzanas cae al suelo y ellos por primera vez se miran.

A partir de ese momento ya no van a separarse. Nada los detendrá en su carrera imparable hacia el abismo del éxito. No habrá traición, ni venganza, ni crimen que no cometan para llegar a la cúspide, juntos. Al borde del precipicio, se verán obligados a reconstruir la historia de la que son protagonistas, a reinventarse en una noria sin fin», esa es la trama de Vuelve a contármelo todo, nueva obra del dramaturgo habanero Abel González Melo, que se presenta como «un thriller sentimental con toques de comedia negra. Un hechizo arcaico libremente inspirado en Macbeth de Shakespeare. Una violenta reflexión, con el teatro a cuestas, sobre la sociedad de estos tiempos», según aparece en la nota de presentación que circula por los días que corren.

Abel González Melo (La Habana, 1980) es uno de los dramaturgos más reconocidos e internacionales del teatro cubano contemporáneo. Licenciado en Teatrología por el Instituto Superior de Arte, posee un doctorado en Estudios Literarios y un máster en Teatro por la Universidad Complutense de Madrid.

Igualmente, cursó la Residencia Internacional del Royal Court Theatre de Londres, estudió en el Maxim Gorki Theater de Berlín y en Panorama Sur de Buenos Aires.

En su dramaturgia, estrenada, traducida y publicada en múltiples países, destacan títulos como Chamaco (Premio de la Embajada de España en Cuba 2005), Talco (Primer Premio Cubano-Alemán del Instituto Goethe 2009), Epopeya (Premio Nacional Virgilio Piñera 2014) y Mecánica (Premio de la Unión de Escritores y Artistas 2014).

En Cuba, Abelito como solía decírsele cuando de niño andaba de la mano de su mamá Mercedes Melo,  también escritora y otrora profesora de literatura en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, ha obtenido en tres ocasiones el Premio de la Crítica Literaria y el Villanueva de la crítica teatral, así como el Premio Cultura Viva 2012 en Madrid por el conjunto de su obra literaria. Durante 2018 fueron estrenados sus textos AtaraxiaEn ningún lugar del mundoNevada y Adentro. Actualmente dirige el Aula de Teatro de la Universidad Carlos III de Madrid.

Actor cubano Rafael Ernesto protagoniza la película mexicana Marioneta

Como parte del programa del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) se estrenó la película titulada Marioneta, que compite por el premio Mezcal. El filme, con la intervención de Arturo Arango como co-guionista,  cuenta una historia de amor entre un actor cubano que emigra de la Isla a la Ciudad de México a probar suerte, y una chica que pide limosna en el metro, y es tiranizada por un delincuente de poca monta.

Según ha trascendido, el actor cubano Rafael Ernesto que es quien encarna el protagónico de la película, se ve reflejado en el personaje que asume en Marioneta, porque además de coincidir en el nombre, el personaje que interpreta es también un actor que se aventuró a irse a México para tratar de continuar con una carrera bastante exitosa en la Isla.

Rafael Ernesto comenzó sus estudios en actuación con 14 años, primero en la Escuela Nacional de Arte y luego en el Instituto Superior de Arte, de donde se graduó en 2002. Desde los 17 años participó en diversas series de televisión como El conde de MontecristoEl príncipe de los zorrosHistorias de fuego Guardianes del bosque.

Este actor también se le recuerda en La Habana por su participación en obras de teatro, dirigido por Carlos Díaz (Noche de reyesLa loca de Chaillot). Ahora bien,  su mayor fama se debe a varios proyectos cinematográficos. Llegó a participar en siete largometrajes cubanos entre los cuales se cuentan Mañana (donde también era el protagonista), El viajero inmóvilLa noche de los inocentes,Lisanka y Ciudad en rojo. Recientemente regresó al cine cubano, luego de su periplo mexicano, con un personaje pequeño enInocencia, bajo la dirección de Alejandro Gil.

El filme mexicano Marioneta está dirigido por Álvaro Curiel de Icaza, y cuenta con guion del director junto con el experimentado escritor cubano Arturo Arango, quien también creó la historia o argumento en que se basa la película. Puede comprenderse fácilmente que el guion de Arango y el protagonismo de Rafael Ernesto le confieren a la obra cierta facilidad a la hora de ilustrar la idiosincrasia cubana, en particular cuando se trata de un cubano intelectual precisado a adaptarse a circunstancias complicadas como emigrante.

Curiel de Icaza debutó en 2011 con Acorazado, que fue filmada en Cuba y ganó el Premio del Público en el Festival Internacional de Cine de Morelia 2010. Acorazado es una comedia acerca de un mexicano que decide emigrar a Estados Unidos, por error llega a La Habana, donde solicita asilo. En el segmento cubano del filme participaron los muy conocidos Laura de la Uz y Luis Alberto García.

Los vínculos con Cuba por parte del director Curiel de Icaza favorecieron que en Marioneta  eligiera, de algún modo, un tema relacionado con la Isla. El filme estuvo cinco años en desarrollo desde el momento en punto en que Arango concibió la historia hasta que llegó a la pantalla con éxito, justo ahora, en el Festival de Guadalajara.

ARCO 2020 dedicada a Félix González-Torres

La Feria de  Arte Contemporáneo  de  Madrid, España, sin discusión alguna entre las más importantes en su área temática, dedicará sus jornadas de 2020 al cubanoamericano  Félix González-Torres, una edición que su directora, Maribel López, augura «emocional y política».

ARCO 2020 se celebrará en Ifema del 26 de febrero al 1 de marzo, mantendrá su voluntad de innovación e investigación y volverá a incorporar como tema central no un país, sino un concepto: «It’s Just a Matter of Time» («Es solo cuestión de tiempo»), desde el que se observarán prácticas artísticas a partir de la obra de González-Torres (Guáimaro, Cuba 1957-Miami, EEUU 1996), precisó un reporte de EFE.

Los comisarios de la sección dedicada a nuestro compatriota  serán el artista Alejandro Cesarco y el director del CA2M Centro de Arte Dos de Mayo de la Comunidad de Madrid, Manuel Segade, quienes han explicado en esta presentación los principios de su propuesta en la que será la primera edición de ARCO que dirija Maribel López.

López, que lleva años de relación con  Arco pues está vinculada al equipo directivo de la feria desde 2011, comenzará a transitar este nuevo camino con la experiencia de dirigir ARCO Lisboa (del 16 al 19 de mayo de este año) y después se hará cargo de la feria madrileña en 2020, con un proyecto que aspira a ser «continuista» con respecto a la dirección de la feria que ha ejercido Carlos Urroz desde 2010. Aunque la nueva directiva incorporará una novedad: se alternará cada año país invitado y tema.

En declaraciones a la agencia EFE, López ha asegurado: «Con el tema de Félix González-Torres, yo creo que la feria que vamos a conseguir en 2020 va a ser emocional; su conceptualismo emocional es una de sus mayores influencias para los artistas y quizá no se le ha dado tanta importancia como tiene. Y la feria va a ser política desde un lugar creo que muy inteligente, teniendo ese sustrato, y esperamos que muy exitosa».

Los comisarios de la sección dedicada a nuestro compatriota  se cuestionarán la posibilidad de proyectar una lectura sobre el arte contemporáneo a partir de una figura que renegaba del principio de autoridad.

«Creemos que una figura como la de González-Torres y las propuestas o vectores de pensamiento que podemos obtener de su trabajo pueden servir para recomponer historias hacia atrás y hacia adelante», explicó Segade.

Definió a González-Torres como «una especia de fondo continuo del arte contemporáneo en el presente», y agregó que en «It’s Just a Matter of Time», a través de la obra de otros artistas, se generará un espacio «en el que se pueda estirar la figura» del cubano.

Segade recordó también que se trata de un artista latino, «con el interés que tiene esto dentro de la historia de la propia feria», y que González-Torres fue «uno de esos primeros artistas que despuntaron en esa generación de un mundo global trabajando desde otro lugar».

«González-Torrres es uno de los artistas emblemáticos de la crisis del sida y las guerras culturales de principios de los años 90 que desgraciadamente están muy presentes en la sociedad actual y en los cambios políticos que estamos viviendo a nivel global», continuó.

Para Cesarco, lo que plantea este proyecto es «pensar qué es la influencia y no solo proyectada hacia delante, sino cómo la obra de Félix González-Torres ha influido en nuestra lectura de obras pasadas».

El cubano González-Torre es conocido internacionalmente por su obra tardía, realizada tras su mudanza de Puerto Rico a Nueva York en 1979, y que consiste mayoritariamente en instalaciones de pilas de caramelos y afiches que el público puede llevarse a casa.

Por otra parte, ha trascendido que junto a esta novedosa sección «It’s Just a Matter of Time», ARCO 2020 mantendrá los habituales programas de ediciones anteriores. De esta forma, los contenidos artísticos de la feria se completarán con el programa general formado por galerías seleccionadas por el Comité Organizador.

A ese plantel de galerías se añadirán las secciones «Diálogos», cuyos expositores generarán contenidos nuevos y la presentación en profundidad de obra de artistas, y «Opening», centrada en galerías con una trayectoria de un máximo de siete años.

Igualmente, durante la presentación se ha anunciado que la artista Hao Jingban se ha proclamado ganadora del Premio de Vídeo Arte de la Fundación Han Nefkens-ARCOmadrid 2019, galardón para la producción de una obra de videoarte, que en esta edición ha tomado como referencia el título simbólico de la obra de González-Torres

«Perfect Lovers». La pieza se presentará en Matadero Madrid coincidiendo con ARCO 2020.

Insumisas concursará en el Festival de Málaga

El cubano  Fernando Pérez  competirá en el vigésimo segundo  Festival de Cine en Español de Málaga  con su más reciente largometraje de ficción, Insumisas.

El filme, dirigido por Fernando Pérez junto a Laura Cazador, y protagonizado por Sylvie Testud y Yeni Soria, participa de un concurso al que concurren trece largometrajes españoles y nueve iberoamericanos, reportó  el diario español Málaga Hoy.

Insumisas, ambientada en los inicios del siglo XIX, narra la historia de Enriqueta Faber, quien por las rigurosas normas de la época, se vio obligada a vestir de hombre para estudiar y ejercer la Medicina y se convirtió en la primera cirujana de Latinoamérica.

Mientras tanto, el brasileño Carlos Diegues presentará O grande circo místico, una coproducción de Brasil, Portugal y Francia que se estrenó fuera de competición en el pasado Festival de Cannes, y que cuenta con la colaboración de Vincent Cassel y música de Chico Buarque y Edu Lobo.

La participación iberoamericana se completará con Las niñas bien (México), de Alejandra Márquez Abella; Los helechos (Perú), de Antolín Prieto; Niña errante (Colombia), de Rubén Mendoza; Vigilia en agosto (Argentina), de Luis María Mercado; Aire (Argentina), de Arturo Castro Godoy; El despertar de las hormigas (Costa Rica y España), de Antonella Sudasassi, y Esto no es Berlín (México), de Hari Sama.

Asimismo, por el costado español, estarán en la sección Antes de la quema, de Fernando Colomo; Litus, de Dani de la Orden; Yo, mi mujer y mi mujer muerta, de Santi Amodeo, con el argentino Oscar Martinez como protagonista; 522. Un gato, un chino y mi padre, de Paco R. Baños; ¿A quién te llevarías a una isla desierta?, de Jota Linares, o El doble más quince, de Mikel Rueda.

Otros títulos incluidos son Los días que vendrán, de Carlos Marques-Marcet; ¿Qué te juegas?, de Inés de León; Sordo, de Alfonso Cortés-Cavanillas; 7 razones para huir, de Esteve Soler, Gerard Quinto y David Torras; Buñuel en el laberinto de las tortugas, de Salvador Simó; La banda, de Roberto Bueso, o Staff only, de Neus Ballús.

Un total de 22 largometrajes competirán por los lauros de un certamen que se efectuará del 15 al 24 de marzo y en el que Argentina será el país homenajeado.

Al teatro en México un homenaje a La Tremenda Corte

Un reconocimiento a un programa cubano que hizo historia en radio y televisión constituye La Tremenda Corte, el homenaje, una puesta teatral bajo la dirección de Óscar Rubí y el comediante Jurgan, que se presenta en el Teatro Julio Prieto, de Ciudad de  México, según reportó Notimex.

La actriz Martha Guzmán, quien forma parte del elenco de la obra, comentó que es un homenaje a lo que era La Tremenda Corte, concebida hace más de 60 años en Cuba y que luego viajó a México como  programa de radio de comedia, donde se convirtió en un éxito sin precedente.

«Después se hace programa de televisión, en el que se empiezan a integrar actores mexicanos, cuya historia se desarrolla en una corte, donde hay una serie de líos y enredos muy divertidos, con un humor muy blanco», recordó la actriz en entrevista telefónica.

El reparto de este homenaje lo integran Juan Carlos Nava «El Borrego», Mauricio Jalife y Guzmán.

«Son cuatro casos diferentes, el público y nosotros nos divertiremos, sobre todo los niños ríen a cántaros, porque es un humor muy blanco, que lo mismo un infante y una persona mayor lo disfrutan muchísimo», detalló la actriz.

Martha Guzmán aclaró que, aunque ella como artista es más de conducción, siempre le ha gustado la comedia, género que ha hecho en otras ocasiones.

«Me dio mucho gusto que hayan pensado en mí para ese personaje, claro me apoyo en ellos que han hecho esto más tiempo, por lo que estamos en buenas manos», aseguró Guzmán.

Igualmente Marta apuntó que se trata de un proyecto muy bien llevado a escena, porque el objetivo es recrearlo lo más fielmente posible.

De acuerdo con el cronograma, La Tremenda Corte, el homenaje se presentará los miércoles 6, 13, 20 y 27 de marzo de 2019 a las 8:30PM en el Teatro Julio Prieto de Ciudad de México. Tiene una hora y media de duración y está clasificada para toda la familia.

El pasado mes de diciembre el  Salón del Humor  de  Miami  dedicó su espacio a homenajear la obra de uno de los comediantes cubanos más renombrado de todos los tiempos:  Leopoldo Fernández, conocido por su personaje  Tres Patines  de La Tremenda Corte.

Obra de Carmen Herrera vendida casi en 4 millones de dólares

El cuadro «Blanco y Verde» de la artista cubana  Carmen Herrera  se subastó el viernes 1 de marzo en  Sotheby’s  por 3.900.000 dólares, el mayor precio pagado por un cuadro de la artista centenaria, según un comunicado de la casa de subastas citado por EFE.

El óleo, pintado entre 1966 y 1967, superó con creces las expectativas más elevadas que situaban su precio máximo en 2.800.000 dólares.

La obra se ha vendido en una subasta benéfica para recaudar fondos que serán destinados a la formación educacional de jóvenes mujeres y en la que todas las piezas son creaciones de féminas que han donado sus trabajos para esta ocasión.

Nuestra compatriota Carmen Herrera comenzó a pintar en la década de los 40, pero su reconocimiento no llegó hasta principios del nuevo siglo, con su primera venta de un cuadro en 2004, cuando contaba con 89 años.

En 2017, cercana a cumplir 102 años, Herrera vendió su lienzo de 1956, Untitled (Orange and Black) [Sin título (naranja y negro)], en 1.179.000 dólares.

En mayo del año anterior, la centenaria  había vendido su cuadro Verticals en casi un millón de dólares (751.500), más del doble de lo anticipado.

En total son 43 creaciones modernas y contemporáneas de 41 artistas, que se han subastado bajo el lema: «Por mujeres, para el futuro de las mujeres».

Según los organizadores de esta subasta, el beneficio de las ventas se empleará como «ayuda financiera para jóvenes mujeres excepcionales y permitirá a futuras líderes formarse en el (centro educativo) Miss Porter’s School», una de las escuelas privadas más importantes de EEUU, indicó en un comunicado la especialista en arte contemporáneo de Sotheby’s Saara Pritchard.

La subasta está copresidida por la estrella televisiva estadounidense Oprah Winfred y la presidenta emérita del museo MoMA de Nueva York, Agnes Gund, que también respaldan la labor del colegio Miss Porter, según apuntó el comunicado.

De las 43 obras, 17 se han puesto a subasta a través de internet, por las que se podrá pujar hasta el próximo 7 de marzo.

La venta del 1 de marzo, según Sotheby’s, «demuestra que el mercado quiere reconocer a estas extraordinarias mujeres, cuyos trabajos han sido históricamente infravalorados».

Para la directora del centro Miss Porter’s, Katherine Windsor, «el éxito de la venta de hoy permitirá a mujeres líderes emergentes formarse en el colegio Miss Porter’s y avanzar para contribuir a dar forma a un mundo cambiante».

Ela O’Farrill: Todo el amor del mundo para mi gente de Cuba

Ela O’Farrill: Todo el amor del mundo para mi gente de Cuba

La más reciente emisión del festival Longina, evento de jóvenes trovadores que desde 1997 se celebra en Santa Clara, estuvo dedicada a la décima y a la figura de una creadora procedente de aquella ciudad, la ya desaparecida Ela O’Farrill. Tuve la oportunidad de conocer personalmente a esta hacedora de canciones gracias a la gran Marta Valdés. En la ocasión, le realicé quizá la última entrevista que le hicieran a la compositora de varios clásicos de nuestra cancionística. Dado que en el mes de febrero Ela cumpliría años, me parece oportuno rendirle un modesto homenaje por medio de reproducir la conversación que sostuvimos en nuestro encuentro.

Nacida el 28 de febrero de 1930 en la ciudad de Santa Clara, Ela O’Farrill resulta una de esas figuras imposibles de obviar a la hora de formular la historia de la canción en Cuba. Interpretada por voces que van desde Bola de Nieve, Elena Burke, Omara Portuondo o la cantante española Martirio, hasta Pancho Céspedes, Haila y Haydée Milanés, a la obra de Ela le sucede como al buen vino, que mientras más se añeja es mejor.

Protagonista activa de la noche habanera durante el decenio de los 60, luego echada a menos por varios años y afortunadamente rescatada del olvido en los 90 por las nuevas generaciones de músicos, cuando se reflexiona sobre el devenir de nuestra dinámica intracultural, con hechos que incidieron de forma especial en el destino musical y personal entre nosotros de figuras como la O’Farrill, se percibe de inmediato la necesidad de estudiar los procesos que han chocado, en la música, en lo concerniente a la construcción y reconstrucción del tejido de nuestro campo cultural. Por lo pronto, aquí están los decires de esta mujer, que ha vivido por y para la música cubana de ayer, de hoy y de todos los tiempos.

J.: Pensando en un ciudadano de a pie que no posee profundos conocimientos vinculados a la historia de la música cubana, le pregunto: ¿quién es Ela O’Farrill y cómo se vincula con la creación musical?

E.: Yo empecé a recibir clases de piano a los seis años, porque en mi familia la música siempre estuvo presente. Mi padre era farmacéutico pero ejecutaba el violín y mis tías tocaban piano, así que en la familia se hacían unas tertulias con amigos que venían a cantar en mi casa. Viví ese ambiente desde muy chica. Pese a que yo tenía oído musical, me dediqué a estudiar lo común de cualquier niña y luego entré en la Escuela Normal para formarme como maestra. Ahí comencé a componer, aunque ya a los 13 había escrito mi primera canción.

En la etapa de los estudios en la Normal, mis compañeras de escuela eran quienes interpretaban mis temas. Luego llegó la guitarra, instrumento en el que tuve como primer profesor a Mario Roano, allá en Santa Clara. Él era muy estricto y clásico, mientras que a mí lo que me interesaba era lo popular, escuchar las canciones que pasaban por la radio y sacarles la armonía, por lo que no nos entendíamos. Conocí entonces a Numidia Vaillant, excelente pianista cubana que hoy vive en París, que fue la persona que me puso en contacto con la música del filin y me habló de todo ese grupo de compositores.

Gracias a ella descubrí maravillas como «Contigo en la distancia» y conocí a César Portillo de la Luz. Recuerdo que el día que me lo llevó a casa para presentármelo, a mí me habían sacado una muela, por lo que tenía la cara muy hinchada. Yo no quería salirle en semejante facha a César, pero él me dijo algo que nunca olvidaré: «Mira, acaba de salir, que lo que importa es el contenido y no la envoltura». A partir de aquel encuentro, César y yo nos hicimos grandes amigos.

Por la fecha yo era maestra en el central España, pero comencé a venir a La Habana para tomar clases de guitarra con César, porque lo que yo quería era tocar así como lo hacía él. Yo me enloquecí con el instrumento y practicaba con la guitarra todo el día. Me aprendí la armonía de montones de temas del filin. Me dio mucho trabajo, pero dominé el instrumento. Poco a poco fui conociendo a los demás integrantes del movimiento del filin, gente que sentía lo mismo que yo y hablaban musicalmente un idioma semejante al mío, por lo que no me quedó otro remedio que mudarme para La Habana.

J.: ¿Cuál fue su primera canción que tuvo repercusión?

E.: Aunque ya yo había compuesto varias, la primera que tuvo una verdadera repercusión fue «Adiós felicidad», tema que me trajo a la vez unas cuantas desgracias, porque malinterpretaron su texto. El primero que la grabó fue Oscar Martin, a propósito de un show nombrado Canciones en la noche y que montó Sonia Calero para el salón Parisién del Hotel Nacional, a partir de repertorio de José Antonio Méndez y mío. Yo compuse «Adiós felicidad» después de escuchar un disco de Maiza Matarasso, una cantante brasileña que admiraba mucho y de la que supe que había tenido una vida muy difícil y desdichada. Pensando en ella, su voz y su vida, fue que hice mi composición, que nada tenía que ver con el hecho de que yo le estuviese dando un adiós al pasado, como algunos entendieron, por lo que me acusaron de un montón de infundios. Desde que Oscarito comenzó a cantarme el tema, el mismo siempre ha sido un éxito, gracias a versiones como las realizadas por gentes como Bola de Nieve y más recientemente Pancho Céspedes.

J.: Sin embargo, a mí me parece que ya antes de «Adiós felicidad» otras piezas suyas se habían conocido ampliamente.

E.: En realidad sí. Mi primer intérprete fue Pepe Reyes, que montó algunas de mis canciones gracias a que mi amiga Numidia Vaillant se las mostró. Pero ocurre que por dicha época yo no me dedicaba en plan serio a la composición ni a ser intérprete, pues trabajaba como Maestra en el Central España y venía esporádicamente a La Habana, ocasión que aprovechaba para mostrar mis temas y por suerte, una que otra gente las incorporaba a su repertorio. Sin embargo, no era algo sistemático.

J.: ¿En qué momento usted empieza a ser intérprete de sus composiciones?

E.: Eso fue alrededor de 1960, en el bar del Hotel St. John’s. Me llevó allí el dueto de René y Nelia, una noche en que Frank Domínguez no podía ir a trabajar y me pidieron que yo lo sustituyera. Imagínate tú, fui con tremendo miedo, pero me gustó mucho subirme en el escenario y ahí empecé. Para el artista es muy alentador sentir los aplausos del público, es algo que te agarra y no te suelta. Así que renuncié al magisterio para dedicarme por completo a la música.

J.: Se ha debatido mucho acerca de cuál ha sido la mejor o la peor época para el acontecer de la música cubana. Hay quienes dicen que la década de los 60 resultó la de ambiente más propicio, dada la atmósfera cultural prevaleciente en el país por entonces. Usted, que fue protagonista de la vida musical de esos años, ¿qué recuerdos tiene de la etapa?

E.: La época de los años 60 fue fabulosa, no solo por la calidad del material de la música que se tocaba y se componía, sino también por el nivel de aceptación del público, que entendía toda aquella propuesta. Eso era un gran estímulo para nosotros, los artistas. Además, entre los músicos había un sentido de hermandad, de amistad, de colaboración y protección de unos a otros, porque éramos un grupo que nos queríamos muchísimo. Esto empezó a partir del movimiento del filin y cuando yo me incorporo, en los 60 se produce una continuidad o mejor diría que un renacer de la etapa iniciada en los 50 y quizás hasta antes, a fines de los 40. Fue una época en que cada quien hacía lo mejor que podía, siempre con la preocupación de elevar el nivel musical de nuestro país y aportar algo nuevo, pero con calidad.

J.: En el grupo de creadores del cual usted proviene, había la intención de que los temas que surgían no fuesen interpretados únicamente por el compositor sino que buscaban que fuesen versionados por muchos cantantes. Con las generaciones siguientes, esa tendencia cambió. ¿Cómo le ha ido a usted en el proceso de que otros intérpretes asuman sus canciones?

E.: El hecho de que distintas personas incorporen a su repertorio mis temas, para mí es algo maravilloso y ojalá que las nuevas generaciones gusten de cantar mis piezas. Eso es un placer, un estímulo y un honor. En Cuba se dan muy buenas voces y hay una tradición de excelentes cantantes, que hoy posee continuidad. Cuando Haila grabó en un disco suyo una canción que yo había compuesto para Freddy por encargo de su manager, para mí fue una gran sorpresa, porque Haila no me conocía y no vivió la época en que escribí ese tema. Para un compositor es extraordinario que te sucedan cosas así, ya sea en Cuba o en el extranjero. A todos nosotros, más allá de la condición de que también seamos intérpretes de nuestras propias canciones, siempre nos fascinó que otras personas hicieran suyas nuestras creaciones.

J.: Yo he conversado con su gran amiga Marta Valdés acerca del hecho de que la música de ustedes dos, cuando aparece, es mejor comprendida por una generación mayor a la suya, que por sus coetáneos. Luego hubo un defasaje en la recepción de ese tipo de propuesta y no es hasta los 90, cuando irrumpe una nueva generación de creadores que se identifica con lo hecho por ustedes. Es como que Marta Valdés y usted compusieron para un momento futuro.

E.: Nosotras dos no somos lo que convencionalmente se entiende hoy por cantautores, sino que somos compositoras que interpretan sus temas, hechos para que mucha gente vuelva sobre ellos, que es lo que pasa con las piezas standards. De ahí que nuestras canciones admiten diversas miradas de múltiples generaciones. Las hacíamos porque las sentíamos y las expresábamos. En el filin nunca creímos que lo que componíamos, teníamos que cantarlo nosotros mismos. He ahí un principio que nos diferencia del clásico cantautor, que compone para cantar él su obra, mientras que para gentes como Marta y yo es todo lo contrario, es decir, que pensamos que nuestras melodías las puede decir cualquiera que posea condiciones vocales y sentimiento para ello.

J.: Si usted hace una comparación entre la recepción a su música hace casi 50 años y como la están recibiendo hoy, ¿qué valoración le merece?

E.: Para mí es extraordinario que en un mundo como el de hoy, inundado por canciones que no dicen nada (con perdón de sus autores), pletóricas en letras insulsas y pobres líneas melódicas, todavía haya quien se interese por mi música. Me siento orgullosa y feliz de que personas jóvenes no solo canten mis temas, sino también que los entiendan, asimilen y tomen como suyos. Siempre he querido expresar cosas lindas, buenas, sanas y sentimentales pero profundas, o sea, transmitir algo y no cantar por cantar, como tanto sucede en la actualidad. Si se revisa el repertorio que compusimos en conjunto los integrantes del filin, se verá que son obras que exigen del cantante un esfuerzo porque están llenas de dificultades interpretativas, pero sin renunciar a la belleza sino demandando un crecimiento por parte del vocalista.

J.: En 1969 usted se marcha a vivir en México. A partir de entonces, ¿qué pasó musicalmente en su vida?

E.: Emigrar es duro y hay que adaptarse a las circunstancias. Desgraciadamente, un plato de frijoles no se consigue con una corchea. Esto quiere decir que tuve que hacer concesiones, para mantenerme a mí y a mis padres, que se fueron conmigo. Al radicarme en México, no hice nada más como compositora ni como intérprete. Trabajé en una editora de revistas de música popular mexicana o internacional, publicaciones dirigidas a que los jóvenes que tocaban guitarra pudiesen montar piezas del repertorio de autores como Alberto Cortés, Roberto Carlos y Joan Manuel Serrat. Yo transcribía el cifrado armónico de canciones populares, siguiendo el método que todos los guitarristas en Cuba hemos usado, pero que en México resultaba novedoso. De eso viví durante 24 años, hasta que me jubilé en los 90.

Por otra parte, no sé si la añoranza de Cuba y de mis amigos acá no me dejó sacar a flote mis sentimientos musicales, pero lo cierto es que no pude volver a componer. No te niego que tuve alguna que otra presentación, en la que interpretaba mis temas, los de Marta, César y José Antonio, pero eran actuaciones muy esporádicas y distanciadas en el tiempo. En resumen, lo único que he compuesto desde que me fui de Cuba es la canción que escribí a propósito del cumpleaños 80 de mi buena amiga Elena Burke, nacida un 28 de febrero como yo.

J.: ¿Y cómo surge esa canción?

E.: Fue muy curioso. Yo vengo con frecuencia a La Habana, porque aquí tengo parte de mi familia y a mis amistades. En uno de esos viajes, en los que siempre me reúno con Omara Portuondo porque somos grandes amigas, ella me preguntó que si yo le podría hacer una canción a Elena por sus 80 años. Recuerdo que me miró con una sonrisa, de esas que yo digo que son muy de Omara. Le respondí que me encantaba la idea y que, por lo menos, me permitiese intentarlo. Yo a Elena la quise mucho, muchísimo, fuimos excelentes amigas, así que al retornar a México, lo hice con el barrenillo de que tenía que escribirle una canción. Te juro que al principio no me salía nada, porque de Elena hay tanto que decir y me resultaba muy difícil resumir en una canción todo lo que yo pudiera expresar de ella. Llegué a pensar que no podría, pero estaba convencida de que tenía que hacerlo y así lo quería. Finalmente salió el tema y se lo mandé a Omara por correo, para que ella se ocupase aquí del montaje y la grabación de la pieza.

J.: El hecho de volver a componer (en este caso por encargo), de conectarse de nuevo con algo que en otros tiempos hizo tanto, ¿no le ha revivido ese bichito de la motivación por hacer música?

E.: Siéndote sincera, el bichito siempre está vivo y en ocasiones hasta reanimado. Lo que pasa es que a veces una o no se da el tiempo para ello, o siente que no es el momento porque no va a haber gente que te interprete lo que compones. Pero lo cierto es que la música no puede morir dentro de mí. Últimamente, estando sola, tengo la sensación de que escucho música, como si me la estuviesen cantando al oído. Para esos instantes, dispongo de una pequeña grabadora en la que registrar lo que me viene a la cabeza, porque si no lo hago así, al rato se me olvida. O sea, que sí, que ahora de vez en cuando hago alguna cosa.

J.: Con sus viajes a La Habana, ¿ha podido estar al tanto de lo que sucede musicalmente por acá?

E.: En realidad no mucho. Mi querida Marta (Valdés) me pasa algunas cosas de las que van saliendo, pero ello no es suficiente para poder hacerme un juicio exacto de lo que acontece en materia de música. Sí te puedo decir que yo tengo la sensación de que, no solo en Cuba sino a nivel mundial, la música nuestra se está perdiendo y cuando te digo nuestra me refiero al filin, porque yo soy filinera ciento por ciento. Para mí sería en extremo doloroso que en este país algo tan hermoso como el filin y que es parte de una tradición nacional de música romántica, quedase relegado a un segundo plano. Marta me dice que no, que por suerte ahora se está recuperando de la mano de gente muy joven, que se ha identificado con nuestras canciones.

J.: A propósito de que gente joven en Cuba está retomando sus canciones y volviéndolas a grabar, y dado que usted viene con frecuencia por acá, ¿no se motiva a presentarse en algún escenario cubano?

E.: ¡¿Al cabo de tantos años?! Hay que pensarlo y no porque no quisiera, tengo todo el amor del mundo para mi gente de Cuba, pero no sé si a estas alturas de la vida mis capacidades personales me permitirían hacer algo así.

J.: Después que tanta gente le ha interpretado sus canciones y que muchas de ellas se han convertido en éxitos, ¿qué sueño le quedaría a usted por realizar en materia de música?

E.: Para mí lo fabuloso fuera que me cantaran aquí en Cuba, que es mi tierra, mi país. Ese es mi sueño de ahora y de siempre: que en mi Patria sigan interpretando mis canciones y que no me olviden.

Suscríbase a nuestros boletines diarios

Holler Box

Suscríbase a nuestros boletines diarios

Holler Box