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Con la poesía de Juan Carlos Valls

Con la poesía de Juan Carlos Valls

2021 ha comenzado durísimo para la vida de los residentes en Cuba. Entre el rebrote del coronavirus y el ordenamiento monetario y cambiario, hay una frase popular que puede expresarse como nunca antes: “¡no es fácil!”. Empero, como también decimos los cubiches, “a mal tiempo buena cara”. Una de las formas para traer paz a nuestros cerebros es la lectura de poesía y por eso, tras unas bien ganadas vacaciones, en Miradas Desde Adentro retornamos con nuestra sistemática apelación al discurso poético, hoy con textos de Juan Carlos Valls.

Nacido en la localidad habanera de Güines en 1965, Juan Carlos Valls es uno de los poetas más importantes de su generación, gracias a libros suyos como De cómo en la estación de un pueblo el pretexto del viaje son las bestias, Los animales del corazónLos días de la pérdida,Conversaciones con la gloriaLa soberanía del deseo y La ventana doméstica.Poemas suyos han sido incluidos en varias antologías de poesía cubana, como por ejemplo: Llevados del brazo y La isla de los peces blancos. Actualmente reside en los Estados Unidos.

esta es la gloria

lugar de quieta agua en la mañana

sitio para el reposo

donde turbios pájaros van a aquietar su alma

y consolar su hambre

herida por la farsa de estos tiempos

la frialdad

la confesión temprana

el sueño de cartón podrido y desgajado por los cantos

qué despertares vivo

qué triste desayuno sobre mesa de almíbar

larga mesa de mármol donde brilla el arroz

la hierba suculenta

y las carnes ausentes en el festín diario de los niños

qué fríos los canales

donde flotan mis ramas de silencio

donde alivio el dolor y el asma zigzagueante

de estas conversaciones con la gloria

el mismo cielo

el mismo aire haciendo figurillas perfectas

dejaciones perfectas del amor

y del pecho materno

cómo enfrentar pensábamos estas caras extrañas

este miedo constante

a derrumbar de golpe los oficios

tan mal nos parecía

el juego complicado con la tierra

tan mal y tan distinto de otras conversaciones

límpidas y apacibles

bordadas en el patio que dejamos atrás

no sin tristeza

y el orgullo ah el orgullo

con cuánta libertad fue haciendo amigos nuevos

dulces extraños

difíciles amigos que a pesar del cansancio

compartieron su almuerzo

Dios mío

qué injusto hubiera sido

no incluir estas tardes en la gloria

qué pobre continuar completamente ajenos

a este otro gobierno de la luna

tan indócil y errático

tan hecho para todos

aunque la soledad se despeñe de golpe

sin luz artificial

sin el sopor de vagas oficinas

que aceitan la memoria

y la casa

con qué paciencia rara se recuerda

con qué larga neblina

tratamos de ocultar su comedor sombrío

y los nombres

los empapados nombres

una vez en el vino de la gloria

ahora en el letargo

en la flor decadente de un viaje

sin familia y sin retorno

la misma transparencia

el mismo amanecer sobre carretas altas

hacia la eternidad

esta es la gloria

toda se fue quedando en el traspatio

ya sin fecha   sin nombre

sin ciudad     sin enigma

solo con estos campos tocados al azar

violados para siempre.

conversación con mi madre sobre un sueño

A Roberto Zurbano

hice maromas prohibidas mamá

solo yo sé qué terribles aplausos me esperan

solo con este buen regalo

que es el país que estrujo entre mis manos

con esta compañía y estas conversaciones

que apenas me dan fuerzas para seguir viviendo

yo merezco otro mundo

otros viajes más largos que me den el sabor

de los vinos famosos

y de los sitios por mí desconocidos

yo merezco otros jueces

para decir mejor otra justicia

otra contemplación que no sea el elogio

de las falsas muchachas que se alquilan

no diga nada madre

usted siempre me hablaba de los atardeceres

y del grato provecho que significa alzarse

de entre los hombres dignos

pero los hombres dignos nunca pude encontrarlos

en la comodidad de los colegios

ni en sombríos automóviles

ni en la ferocidad de ciertas decisiones

contra amigos que dejaban la patria

por el deslumbramiento de cosas tan sencillas

tan inútiles

como un frasco vacío de perfume

la dignidad es otra cosa madre

y si aprendí a llevarla

fue más bien por los momentos duros

y por otros momentos que yo me procuré

a pesar del ejemplo de mi hermano

y de mi santo padre

aunque una vez al mes viniera visitarnos

y a dejarnos constancia de una última medalla

no diga nada madre

usted quiso salvarnos de soñar este sueño

siempre con ese encanto que da la ingenuidad

y con esa esperanza que se inventa

yo merezco otro mundo

otra foto de usted que no sea

en la que besaba con papá

imitando el retrato de una revista antigua.

conversación con San Francisco de Asís

no sé si por azar

el padre de mi padre se llamaba Francisco

a secas

sin santidad posible

pero también de pueblo quebradizo y falto

de gravedad y espíritu

el padre de mi padre

que como tantos otros me permitió crecer

sin saber que existías Francisco de los pájaros

espejo de aquel niño que vi morir

cuando no hice nada por salvarlo

qué historia tan hermosa

desnudarse en medio de la plaza

apenas vi la imagen

fue como destilar el agua pedregosa del pasado

como entender de golpe el mundo que se inventan

los sueños que se inventan los que no creen en ti

aunque en momentos graves

hayas puesto monedas en tu vaso

confiados en la suerte

esperando favores que solían pagar

con una fe sin brillo y sin enigma

qué bien mi San Francisco

este verso que pones en mis labios

qué bien mis enemigos      el hambre      la provincia

hubo cierta flaqueza

que fuimos heredando por desgracia

y ahora es tan difícil

abandonar los fuegos terrenales

tan difícil negarnos a la muerte habitual

a los martirios falsos

el padre de mi padre

nos dijo que perdíamos tiempo

sin embargo   qué fue lo que sentimos

cuando vimos arder en medio de la carne tu pobreza

qué fantasma voló sobre nosotros

para que construyéramos castillos en el aire

fundados en tu nombre

no contestes Francisco no contestes

yo puedo imaginar qué pensarías

si vieras estos campos

que nos están salvando del delirio

si vieras estas caras temerosas tal vez

               enfermizas tal vez

pero ancladas al centro de la isla

un poco poseídas por el asombro

de no escuchar tus pájaros

por esa vanidad de habitantes que somos

ay Francisco de Asís

no hace falta que hables para que yo comprenda

tu fe tan especial en los poetas

tu fe tan insistente

en no atar el amor con sobrenombres

no contestes Francisco     no contestes

yo puedo comprender

este sabor amargo que pones en mis labios

yo puedo perdonar

la poca fe del padre de mi padre.

conversación con los olvidos de esta casa

soplaremos a ver

si el carcelero se duerme para siempre

soplaremos hasta la saciedad

hasta el delirio

uno se vuelve a ver y no comprende

por qué esta emigración de corazones turbios

uno se esconde

habita

uno teme encontrar que las trampas abundan

y que los corazones han venido cayendo

ciegos en su triunfo

olvidados en su contemplación

de pueblo queridísimo

haciendo cartas a ver

haciendo juegos nuevos

pero las trampas

hacen que repitamos los clamores dormidos

hacen que desconfíen los peces

y sean como puñaladas en el agua

somos nosotros los confiados

los torpes buscadores de la fiebre

uno quiere sentir

que las ventanas permanecen abiertas

y es como si faltara ese cordel

ese último riesgo de evocar el instante

de las incomprensiones

son demasiado fuertes los cimientos de esta casa

aquí aprendimos a divisar la gloria

aquí nos pareció demasiado perfecto

el modo de construir sus patios interiores

uno es la irrealidad

la cabeza prestada para encender la luz

y qué tenemos

y qué lugar es este donde los candelabros

comienzan a apagarse.

Poemas de Juan Carlos Valls

Poemas de Juan Carlos Valls

Nacido en la localidad habanera de Güines en 1965, es este uno de los poetas más importantes de su generación, gracias a libros suyos como Los animales del corazónLos días de la pérdida,Conversaciones con la gloriaLa soberanía del deseo y La ventana doméstica.

THE POET DOG

por su vida de perro

el poeta convierte en soles los días verdaderos.

es un sitio donde desfilan caras conocidas

la perra madre con su hueso de hombre

la raíz solitaria que alimenta

los círculos concéntricos

y su canción

ese aguanilebongó triste

tartamudeado en su memoria.

el oro no vive en sus colores

y quien lo mira piensa:

es un regalo del cielo su miseria.

sabe que no es ladrar su mejor suerte

y es que en verdad ni canta.

lo que nos manipula

es que escupe a la cara con dulzor.

LOS MUCHACHOS DE ORO

en la ciudad de nadie

dos jóvenes dibujan la belleza

dos muchachos de oro imaginan el rumbo de las cosas.

la belleza es un duelo para ellos

una farsa en el aire

y aún así son fuertes impredecibles mansos.

los muchachos de oro

siembran en mí un silencio inacabado

un silencio de rosas

en el que veo nacer una grave columna

negándose a aguantar el falso techo falso.

veo morir sus flores

veo subir de nuevo a sus cabezas algo

es otro joven de oro

o es la ambigua humedad la que queda esperando

que no sea posible ese regreso frío

esa mueca de asco

esa orgía tan alta por la que estoy llorando.

los muchachos se alejan y mientras pasan paso

son manzanas podridas son almendras que parto

son margaritas secas que por amar rechazo

será que soy tan viejo

y encuentro mal su ramo de rosas mal cortadas

o es que están desgajando mi corazón de esmalte

ridículo y cansado.

en la ciudad de nadie casi me voy quedando

y aunque me duela vivo

aunque padezca me alzo

los muchachos de oro son perlas en mi espacio

son pájaros que admiro son ostras donde nazco

y aunque parezca torpe aunque parezca extraño

cortaría por ellos mi cabeza y mi mano

mis libros mi rareza

mi corazón que es algo.

DE LA SINCERIDAD

siempre supe que la sinceridad no era una flor

para llevar hermosamente en el pecho

sin embargo

envidiaba la amargura de esta noche sábado

en la que mancho el cuerpo

en la que soy la rosa negra de la ciudad

que hospeda y sobrecoge mis veintisiete años.

cambiaba jazmines por noches como esas

afilaba mis brazos para atrapar

la corrupción soberbia del verano

pero he ahí que nunca fui dichoso

nunca el joven hermoso de los hermosos jóvenes

más bien cerré mi puerta

para evitar el hambre con que colmé mis sueños

y con que defendía esos años difíciles

que luego vi morir en noches como estas

en las que ser sincero puede costar

las tardes del olvido.

ofrecía jazmines

pero a cambio encontré casas vacías

hombres vacíos que buscaban en mí

una pequeña muerte diaria y repentina

en la que recostar sus sueños a mis sueños

hombría contra sexo delirante.

siempre supe que la sinceridad no regiría mi destino

sin embargo reconozco a mi madre

clavando flores muertas en mis senos

destrozando las cartas con las que me decía

palabras duras y exactas para el vicio

pero el hombre que soy

tiene miedo de su verdad difícil

y la extrañeza de no saber qué pájaro soltar

que canción para ensanchar su olvido

también está otro hombre

y descubro en vano que es hermoso

yo que casi me pierdo jugando a serle fiel

yo que hice estos versos

después de abrir mi rosa casi cielo

estoy perdido

sigo ahogando jazmines sin conmover a nadie.

el torpe

la rosa estrafalaria del verano

sigue buscando a alguien para el sueño

sigue estando en hoteles en pueblos en países

y la sinceridad sigue siendo aquel diálogo

con el que perseguir amores que terminan

como simples jazmines en el pecho.

UNA DULZURA IMPLÍCITA

hay una dulzura implícita

en el hombre que pasea a su perro

son idénticos modos de pernoctar

en los recovecos de la memoria

en mis cuatro caminos

y en mi sola cabeza trunca de soledad.

a quién le importa

mi luna llena y metafórica

el vicio de animal

el sueño de animal

la vieja herida injusta y necesaria

para que yo aprendiera que un perro es una mancha

hasta en el corazón de un niño.

eso soy

un perro desde el hocico tibio

hasta mi rabia peligrosa.

son días de no sentir

el manotazo de una palabra

de no despertar en medio de la noche

con el graznido metafísico de un pájaro

de no padecer el amor

como ordenan las escrituras.

creí tener tiempo para limpiar

lo que ensucia la memoria

pero el agua desterró la espuma de mi boca

y a cambio de la continuidad

le dio a mis manos un olor seco

y un chirrido mecánico

mis manos

único sitio que desconozco

la única herramienta

que se convierte en osamenta de la noche.

hay una dulzura implícita

en el hombre que pasea a su perro.

quién lleva a quien.

quién escribe.

quién ladra.

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