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Poesía de Heriberto Hernández Medina.

Poesía de Heriberto Hernández Medina.

Por Joaquín Borges-Triana

Heriberto Hernández Medina (Villa Clara, 1964 – Miami, 2012) formó parte del destacado grupo de poetas que se dio a conocer en el contexto cubano en la década de 1980. En 1987 se gradúa de arquitectura. En la nómina de sus libros publicados se incluyen:Poemas e Historia del caballero rojo y la dama en la casa de los espejos, Ediciones Matanzas, 1991; Discurso en la Montaña de los Muertos, Ediciones Unión, 1994 (este poemario fue Premio David 1989 compartido con María Elena Hernández, pero  no fue publicado por Ediciones Unión  hasta cinco años después); La Patria del Espejo, Ediciones Unión, 1994; Los Frutos del Vacío, Ediciones Matanzas, 1997, Linkgua Ediciones, 2006, Bluebird Editions, 2008; Verdades como templos, Iduna Ediciones, 2008; y Las sucesivas puertas, el frágil aire eterno, Bluebird Editions, 2009. Entre los galardones que se le concedieron, recibió el Premio Internacional de Poesía “Nicolás Guillén” 2006. Fue partícipe de Bluebird Editions, un proyecto personal del poeta George Riverón (además diseñador de todos los libros), al cual se unieron el poeta Carlos Pintado y Hernández Medina, con la intención de publicar libros de escritores cubanos en los Estados Unidos.

El nombre de Heriberto Hernández Medina inevitablemente ha de asociarse al movimiento poético que se dio en Santa Clara en la segunda mitad de los 80 y del que participaron escritores como Arístides Vega, Bertha Caluff, Joaquín Cabezas de León, Frank Abel Dopico y  Emma Artiles,  por solo mencionar algunas figuras. Desde que conocí su poesía, no recuerdo bien si gracias a la trovadora Tania Moreno o a Bladimir Zamora, pero que sí tengo claro fueron las primeras personas que me recomendaron leerlo, sentí que en el discurso poético de Heriberto Hernández Medina, pletórico en metáforas y largos versos, había una angustia siempre soterrada y que tal vez fue la que lo llevó a suicidarse en el 2012.

Hoy, al dedicar estas líneas de Miradas Desde Adentro a la memoria de Heriberto Hernández Medina y reproducir aquí algunos de sus poemas, lo hago sobre todo pensando en los más jóvenes y especialmente en una amiga que a tono con sus 26 años y desde su condición de hacedora de versos y narraciones, es arrogante y transgresora y me pregunta que si los poetas de la generación de los 80 que estoy sacando en este espacio son solo míos o dónde están ocultos, porque la promoción literaria a la que ella pertenece, muchachos y muchachas nacidos en los 90 y formados o deformados con las clases de videos, maestros emergentes y profesores generales integrales,  los desconoce. Me río ante la interrogante y le respondo con la consabida y antigua frase que sirviese de título a un viejo libro de Aldo Baroni: Cuba, país de poca memoria.

Poemas de Heriberto Hernández Medina

FÁBULA DEL DELFÍN Y LA SOMBRA DEL PÁJARO

Sentado entre dos muertos, la sombra del pájaro en vuelo convertida,

…………………./sombra sobre la sombra;

……como herida sentado entre dos muertos: la cerveza espuma oleada

…………………./sobre el pecho

……y a nuestro lado dos muertos punzando los rostros de la conversación.

La verdad no es el vuelo del pájaro, es el plumaje penetrando la

…………………./ambigüedad del canto,

……el canto como un pequeño ruido acuchillado en el vacío del pecho.

En la jarra de los bebedores, la espuma de la cerveza como la voz del

…………………./niño que entre dos muertes canta,

……es un ahuecamiento que va el doblez bordeando,

……un penetrar lento del plumaje en la oscura sordidez del sonido.

Viene el volatinero con las palabras del último golpearse,

……del último secreto impulso de estar ciego.

Todos alguna vez vimos su risa azul y el azul tras la risa del que sabe

…………………./que ha recibido la última noticia;

……es el pañuelo, la estrella plateada en el pañuelo que ha lanzado el delfín,

…………………./ahora busca en el agua la hendidura por la que ha de escapar,

……pero el niño ha dejado ya de abrirse el pecho, comienza a juntar

…………………./los fragmentos del salto,

……pero ha vuelto a saltar y la vidriera se quiebra, cae como una lluvia

…………………./de sal sobre los ojos.

Los bebedores alzan las jarras, beben largos sorbos de cerveza y de muerte,

……pero la canción ha cesado, el niño va guardando junto a su pecho

…………………./los vidrios de colores,

……pero el delfín ha vuelto a saltar: cruza el pájaro,

……la sombra del pájaro en vuelo convertida,

……pero el delfín ha vuelto a saltar

……y el niño está tendido junto al agua con el pecho cubierto de hojas secas.

Cruza el pájaro, la verdad no es su sombra.

LAS PAREDES DE VIDRIO

En este cuarto pesa demasiado la luz,

……las sombras son blanquísimas

……y no se pueden abrir las ventanas si aun no ha amanecido.

Una muchacha muy triste no podría sumergirse en las aguas,

……bordearlas,

……o decir que escucha una música transparente y muy húmeda.

Aquí no puede uno disfrazarse de ángel,

……no basta desnudarse.

A la mesa no pueden sentarse todos los que a veces no escuchan,

……no habrá comidas sobre manteles blancos,

……no vendrán juglares, ni citaristas, ni pájaros, ni peces.

La muchacha que estará tendida muy cerca de nosotros

……podrá estar desnuda, podrá estar dormida en la hierba

……o estar aun más desnuda si no se siente sola:

……pero nunca podría dividirse,

……pero no podría volar o ser una muchacha turbia,

……o tener nuestro pecho para decir que sueña;

……no podría soñar que habita un caracol y que a veces se pierde.

En este cuarto las sombras son muy blancas,

……algún día pudiesen pensar que son las nuestras y pedirles que canten,

……que se dejen caer.

Se pudiese pensar que a veces no dormimos,

……pero de hablar del insomnio,

……eso puede impulsarnos a decir que la noche es un borde estrechísimo

……en el que solo se puede estar de espaldas.

Aquí alguna vez se habló de ciervos y figuras que lanzaban unas flechas muy curvas;

……pero todos pensaban en la música,

……pero todos querían animales más dóciles, figuras más heladas.

Una mañana trajeron una piedra,

……la pusieron muy alto, tan alto que a veces se volvía;

……nunca más pensamos en estar muy solos, muy oscuros,

……en tener unas ganas terribles de morder,

……un árbol parecido a esa forma en que a veces callábamos.

Entonces pensamos vender nuestra sonrisa,

……pero quién puede comprar algo que se deshace,

……pero quién puede morirse de tristeza con la sombra tan blanca.

En este cuarto pesa demasiado la luz,

……basta volverse,

……puede ser fácil soñar que estamos solos,

……que abrimos la ventana y nadie nos empuja, o nos recuerda

……lo dulce que fuera despeñarse.

Así, tan ebrios, pudiéramos pensar que somos los más desmemoriados

……y salir con el pecho del suicida, con la caja del músico;

……entonces estaríamos tranquilos

……aunque nadie contara que volvimos muy sucios,

……derribamos los muros, rompimos los pisos

……y gritamos a todos que la ventana fue una mentira

……muy dulce, muy azul;

……aunque nadie contara que tuvimos un poco de miedo,

……que el espejo

……empezaba a mostrarnos las sombras más oscuras.

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