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Nueva edición de Lenguaje de mudos.

Nueva edición de Lenguaje de mudos.

Gracias al trabajo sistemático de la Editorial Betania y de su fundador y director, el poeta güinero residente en Madrid Felipe Lázaro, recién ha visto la luz una nueva edición del poemario Lenguaje de mudos, libro del holguinero Delfín Prats y que en su momento fue censurado. Como asegura Ronel González Sánchez en el prólogo de esta edición: “Hay libros que nacen condenados a perdurar aunque todas las energías oscuras del cosmos conspiren en su contra.”

En la nueva entrega que nos hace la Editorial Betania, además del aludido prólogo del también holguinero Ronel González Sánchez, se reproduce el dibujo de Darío Mora que ilustró la primera y censurada edición de Lenguaje de mudos (La Habana: Ediciones Unión, 1969),. En cuanto a la portada, se trata de la obra denominada Cabeza de pequeño hombre verde, del pintor Miguel Ángel Salvó, artista holguinero residente  en Palma de Mallorca, España. Además, como parte de la gráfica del libro, se incluyen fotos de Delfín Prats tomadas por otro hijo de la ciudad de los parques, Kaloian Santos.

Para fortuna de los amantes de la buena poesía, Lenguaje de mudos se puede descargar GRATIS, junto a otros 26 ebook de temática cubana, en el blog EBETANIA: http://ebetania.wordpress.com

Como motivación a buscar el material, reproduzco el prólogo escrito por Ronel González Sánchez para esta nueva edición puesta en el mercado gracias a Betania y en especial al poeta Felipe Lázaro, un genuino defensor de lo mejor de la cultura cubana, dondequiera que esta sea realizada.

EPÍLOGO DE ESTENTÓREA MUDEZ

Ronel González Sánchez

Así diréis a José: Por favor, perdona el crimen de tus hermanos y su pecado. Cierto que te hicieron daño, pero ahora tú perdona el crimen de los siervos del Dios de tu padre.

Génesis 50:17, Biblia de Jerusalén

Hay libros que nacen condenados a perdurar aunque todas las energías oscuras del cosmos conspiren en su contra. Hay libros que avanzan en la marcha parsimoniosa de la luz, de pronto son revestidos con la piel de la herejía, penetran en los devaneos clandestinos de los sobresaltados por el rumor y el estigma, y luego emergen, reconciliados o no con el fluir, porque no hay música angelical que pueda ser silenciada sin que los estremecedores acordes no queden vibrando en el aire y concluyan perpetuándose para restablecer los truncados trayectos.

Lenguaje de mudos, Premio David de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) 1968, del poeta nacido en 1945 en Holguín, Delfín Prats Pupo, quien entonces firmaba Jorge Prats y tenía por seudónimo Hiram Prats, es uno de esos volúmenes que, a pesar de haberse desdibujado en el contexto insular de los años sesenta y setenta del siglo XX, de haber nacido con la paradójica vocación de los textos póstumos o transferidos a la implacable secuencia de la posterioridad, hoy gracias a la madrileña editorial Betania que dirige Felipe Lázaro, retorna impetuoso para incorporarse definitivamente al diapasón de la Poesía al que, paradójicamente, nunca dejó de pertenecer.

Convocar veladas apetencias o ímpetus del resentimiento, 43 años después de la censura de este libro, galardonado en el entonces muy importante concurso cubano, por un jurado presidido por Miguel Barnet e integrado por los intelectuales Ángel Augier y Belkis Cuza Malé, francamente es como hurgar en una medieval marmita de dolor, confusión, vértigo, temor, reproche y cuanto sustantivo macabro acuda para definir lo indefinible, y aventar una hoguera desvanecida con la intención de que nuevamente afloren los rostros del castigo y la culpa, los embozados nombres y los zahirientes mecanismos de una putrefacción no avistada o completamente visible aunque omitida, por eso desde esta mínima presentación echamos suertes y apostamos por las garantías y liberaciones del perdón, por el saneamiento interior y colectivo, en aras de que la obra pueda despojarse de los nocivos aditamentos extraliterarios que insisten en fijar su destino a la devastadora trayectoria del odio y que, a la larga, terminan ensombreciendo un poemario intenso, fehaciente desvío de las tendencias del coloquialismo nacional de las primeras décadas posteriores a 1959, planteamiento de una poética que desde el ahondamiento en códigos marginizados por la praxis conductual –y coyuntural- resucitaba los entramados líricos de la gran tradición hispánica, se adensaba y enrarecía en las tensiones crípticas que compulsa el ocultamiento, propiciador de ganancias significacionales frente al forzoso hermetismo, y liberaba la seducción del goce erótico, en medio de un pacato panorama de extremistas, confundidos, moralistas y también entusiastas e incipientes marxistas, por qué no, que no siempre estaban capacitados para centrarse, comprender, concretar o rebasar sus empeños.

La eliminación de los signos de puntuación, las reiteraciones, las abundantes construcciones anafóricas, las enumeraciones, los encabalgamientos, la recurrencia al epifonema, la intercalación de expresiones provenientes del lenguaje marginal, los silencios, las interrupciones, la frase breve, cortante, y el ritmo nervioso, en lo fundamental son las características del estilo del poeta en esta etapa, rasgos que transmiten al lector la marcada ansiedad del hablante, cuyo principal objetivo es reflejar el conflicto del individuo con su circunstancia, densa y revestida de significaciones, a pesar de que parece debatirse entre una gran necesidad expresiva y un subrayado miedo a las palabras.*

Los trece poemas que conforman Lenguaje de mudos, trece como el inquietante guarismo que para muchos representa la fatalidad, anunciaron un cuerpo expresivo que luego se abrió a las constelaciones, independientemente de que el maldito libro jamás fuera leído en su momento y que arrojara tanta hojarasca sobre el poeta como la que aún sobrevuela en los atardeceres de su Cuaba natal, hoy son textos completamente nuevos, irradiantes concreciones que se reactualizan con la publicación de Betania, testimonios del vocerío implacable de la cubana cotidianidad, revestidos de indulgencia frente a los seguramente avergonzados inquisidores, indultados por el ser humano excepcional que es Delfín Prats, quien gracias a Dios ya “no [tiene] que recurrir al mecanismo de los gestos” para cantarle a la humanidad y  a los ¿extraños? animales frecuentes y emancipados del Deseo, porque su obra, en supremo acto de amor y de justicia, comienza a visualizarse en nuestra lengua, sus enmudecidos personajes han recuperado el habla y moran, plenos, en el ámbito de la armonía universal.

* González Sánchez, Ronel: Temida polisemia; estudio de la obra literaria de Delfín Prats. (Inédito).

Poemas del holguinero Delfín Prats

Poemas del holguinero Delfín Prats

Reproducimos aquí varios poemas del libro Lenguaje de mudos, célebre obra de Delfín Prats que fuese Premio David en 1968.

Humanidad

Hay un lugar llamado humanidad

un bosque húmedo después de la tormenta

donde abandona el sol los ruidosos colores del combate

una fuente un arroyo una mañana abierta desde el pueblo

que va al campo montada en un borrico

hay un amor distinto un rostro que nos mira de cerca

pregunta por la época nueva de la siembra

e inventa una estación distinta para el canto

una necesidad de hacer todas las cosas nuevamente

hasta las más sencillas

lavarse en las mañanas mecer al niño cuando llora

o clavetear la caja del abuelo

sonreír cuando alguien nos pregunta

el porqué de la pobreza del verano y sin hablar

marchar al bosque por leña para avivar el fuego

hay un lugar sereno un recobrado y dulce lugar llamado

humanidad

 

Sitio predilecto

En este sitio hemos estado creciendo

al amparo amigo de las bestias

hicimos el amor entre sus hembras

mamamos de sus ubres la leche de los caracoles

y los ritos

en el río gajos blancos

se clavan en la tierra: cuerpos niños

y risas insolentemente desnudas

mi hermano burlándose de las negritas

pidiéndoles el bollo

aquellos años revueltos como la charca

de los cochinos

“he hecho mi fusil

con una penca que arranqué de la mata de coco

un brazalete con un trapo rojo

de mamá que había detrás del armario

mañana me voy con los rebeldes”

las mujeres ríen y giran

envueltas en un sopor de alcanfores

y círculos concéntricos de leche

yo me he sentado sobre la cabeza de mi hermano

las mujeres visten sus trajes verdes

y a ti te gustan los muslos rubios de mi tía

se van en una carreta roja que cruje

y ya cruzan el puente que haces

del arco de tu cuerpo sobre el río

cuando les digo adiós son humo

reparten chocolate y galletitas de sal

los muertos me visitan esta tarde

 

Saldo

Entren amigos tomen asiento entre mis pertenencias

las que no me pertenecen más que a ustedes

sus melenas copiosas no tengo nada que brindarles

como en otro tiempo leche pan viejo o alguna que otra

tibia palabra que roer como ven

las cosas han cambiado mucho

ustedes están muertos hace unos cuantos calendarios

yo tuve un poco más digamos de destreza

con las enfermedades de los primeros años

pero créanme no es ninguna ventaja

estar aún del lado de los vivos

gozando de sus escasos privilegios

(estar de nuevo con ustedes

en el portal imaginario de la casa donde convivíamos

donde aún aguardamos el café de cada tarde

no sin cierta amargura reciente y viva como un muerto)

viejos amigos cómo lamento esta falta de todo que ofrecerles

mi ignorancia y un poco de impotencia

por las cosas que ocurren por ahí (se ha hablado

mucho de la guerra del genocidio y de cierta probabilidad

de exterminio parcial o total de la especie humana) pero hablen

cómo les va sin nadie cómo les va en la nada

sin tener que pulirla para ligar un hueso

cuando ya no hace falta romper la noche

con un tremendo aullido

Discurso entre dedos

Siempre nosotros apresurados vistiéndonos a tientas

acariciando nuestra piel adentrándonos en nuestra verdad

afeitándonos comiendo calculando las fechas

la cercanía del año nuevo

un posible viaje a Varadero con los amigos

atemorizados frente al espejo vacío

ante la posibilidad de que alguien nos sorprenda

(deseando dolorosamente que alguien nos sorprenda)

en esta batalla sin tregua contra la adolescencia que nos abandona

(cómplices también de los adolescentes

apañadores a toda prueba de sus intenciones más subversivas

en la clandestinidad evidente de sus melenas

—dejando crecer también nuestros cabellos—

amigos hasta la saciedad de sus señas de sus discursos entre dedos

mirándonos en el azul sin condición de sus camisas

en la presencia de sus collares de santajuana

y de sus amuletos de madera pulimentada y cáscara de coco

identificándonos con ellos) dejamos escapar nuestros discursos

nuestras interminables sentencias que no repetirán

parapetados tras el único lenguaje posible

la elocuencia aprendida de los gestos

la frustración a simple vista de sus maneras y sus posturas importadas

lenguaje de mudos que no les pertenece

siempre nosotros tomando el ómnibus atravesando la ciudad y el miedo

atravesando la ciudad y el miedo nuestros pulmones llenos de nicotina

frotando con cera nuestro rostro

como si no fuera posible demorarse un poco más en el baño

continuar la lectura del libro que interrumpimos anoche

escribir a la madre

intentar la restauración de las relaciones con los viejos amigos

sólo nosotros apeándonos en la misma parada de siempre

volviendo el rostro para cerciorarnos de que nadie nos sigue

—siempre volviendo el rostro— presas del temor de echar a andar

marchamos libres bajo la noche de flancos impenetrables

de manos arañadas

sintiendo esa mitad de todas las cosas apretarse contra nuestra piel

esa dura porción de ti mismo que adviertes en los otros

la desesperación la soledad como una espada

resplandeciente en medio de los ojos

para ser el saludo que nos reconforta

la canción que asciende inadvertidamente hasta los labios: el semejante

Palabras harto conocidas

Pon el amor a compartir tu casa

siéntalo a tu mesa “que coma que beba

que hable de cuanta cosa se le ocurra”

ofrécele tus ropas tus planes inmediatos

prométele consejos almuerzos

artículos sobre el tercer mundo

pero el amor rehúsa tus ofertas

mueve negativamente la cabeza

se tapa los oídos los ojos

no manifiesta el menor interés por tus asuntos

el tiempo de disparo de un relay no le preocupa

las cápsulas trasmisoras receptoras el polvo de carbón

los electroimanes

no lograrían entusiasmarlo

la espeleología los clásicos los problemas del

estructuralismo

y la cibernética

no figuran entre sus planes

la manipulación de frecuencia no ocupa lugar en sus

meditaciones

pero si tienes una camisa azul

si tienes un caracol donde se escucha el mar

con peces ciegos grabados con aves de colores

revoloteando

bajo el cielo

si tienes el mapa de una isla

un tatuaje en el pecho

cualquier leyenda que conozcas

si notas que te llaman

si grupos de muchachos

desde los malecones

o desde los muros de los grandes edificios

te llaman con amplias señas en la tarde

no temas

acude a su llamada

sal a la calle

confúndete entre los que pasen

trafica con sonrisas con signos con saludos

di tu amor a las gentes a los afiches en los cines

llégate por las ferias por las exposiciones

por las improvisadas orquestas de música moderna

comparte el baile de los adolescentes

intenta con las chicas

tómales las manos la cintura la nuca

que te enseñen los bailes

pero si tienes la certeza

de que la realidad es mucho más intolerable más absurda

si tienes un aullido entre los dientes

un grito a medio pecho

si te persiguen

si constantemente te asedian

si a cada paso te exigen credenciales

si apalean tus canciones delante de tus ojos

si escupen sobre las canciones de tu adolescencia

si te han puesto un hierro duro sobre el corazón

ofrécelo al amor

ofrécele también algunas cosas simples

cigarros

jaiboles

dos maracas

una gran rosa de papel

dale a leer las cartas de tu madre

pero no pierdas tiempo

porque el amor ya se ha vestido

se alisa los cabellos

porque el amor se ha puesto los zapatos

y echa una ojeada entre tus cosas

y da unos pasos todavía

sin avanzar hacia la puerta

sin abrirla

antes de que se cierre pesadamente a tus espaldas

y te sorprendas en la calle

a solas.

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