Eusebio Leal Spengler: ¡Gracias Maestro!
Eusebio Leal Spengler
El diario Granma fue el primero en informarlo: Se nos fue El Sabio Eusebio Leal Spengler a los 77 años de edad, tras una larga batalla contra el cáncer. Si me pidiesen definirlo en una oración, yo diría que él fue maestro de varias generaciones y custodio fiel de la memoria de la nación toda.
Tenía el don de la palabra, había entrenado sus virtudes como orador (para mi gusto, el mejor que he escuchado) y por ello podía hablar como nadie acerca de los grandes temas de la historia de Cuba. La temida y esperada noticia de su muerte ha hecho que muchos escribamos sobre él y lo que representa en nuestro más reciente devenir.
En dicho sentido, me parece que no exagero en lo más mínimo al asegurar que en este país todo el mundo lo conoce y de un modo u otro lo recordará como una de las figuras fundamentales de las últimas décadas en la vida de Cuba.
Ramón Navarro Herrera, amigo que se desempeña como guía de turismo, ha escrito en su perfil de Facebook una idea que me parece interesante resaltar:
“Los guías de turismo hemos perdido nuestro mejor amigo, nuestro guía de guías, será recordado y alabado por toda la vida, no solo por los cubanos por todo el que visite la Habana y quiera saber algo de Cuba, sus logros están no solo en el casco histórico, en toda la historia de nuestra ciudad y la nación.”
Un repaso por la biografía de Eusebio Leal Spengler nos recuerda que nació en La Habana el 11 de septiembre de 1942. De formación autodidacta, a los 16 años comenzó a trabajar en el gobierno municipal donde alcanzó el nivel de sexto grado. Acogido como pupilo por el historiador Emilio Roig, quien le orientó en su vocación por la Historia, Leal Spengler fue continuador de lo iniciado por su querido profesor y primer historiador de la capital de todos los cubanos.
Sin haber obtenido oficialmente más nivel escolar que el sexto grado y, luego de una auto preparación, presentó exámenes de suficiencia académica en la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana, donde pudo cursar la Licenciatura en Historia en 1974, carrera que finalizó en 1979. Por ese camino, llegó a ser Doctor en Ciencias Históricas y Maestro en Ciencias Arqueológicas, Historiador de la Ciudad y Director del Programa de Restauración del Patrimonio de la Humanidad. Empero, todo eso se resume en que, como nadie, sobresalió durante décadas por su trabajo en pro de la dirección de las obras de restauración del Casco Histórico de La Habana, zona declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1982.
No se dice nada nuevo al expresar que como director del Museo de la Ciudad y de la Oficina del Historiador, Leal Spengler jugó un papel decisivo en la preservación de los valores arquitectónicos de La Habana, con importantes obras a su cargo, como la restauración de la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña, Castillo de los Tres Reyes de El Morro, el Palacio de los Capitanes Generales y el Capitolio, edificaciones todas ubicadas en La Habana Vieja.
No por gusto uno puede llegar a considerar que con la muerte de este habanero de pura cepa, La Habana se ha quedado huérfana, sin el hombre que —contra viento y marea— la mimó cual un padre amoroso y ejemplar. Ojalá que los que tengan que continuar su quehacer resulten portadores, aunque sea en una parte fragmentada, de la extraordinaria sabiduría, la total entrega al trabajo y el noble ejercicio del servicio incondicional al pueblo que tipificaron la trayectoria y la obra de Eusebio Leal Spengler.