Categoría: Literatura

Nuevo libro de Ena Columbié

Nuevo libro de Ena Columbié

Sin la menor discusión, la guantanamera Ena Columbié es una de las escritoras cubanas más activas en las últimas décadas. Licenciada en Filología, ella ha conseguido con su quehacer numerosos premios en crítica literaria y artística, cuento y poesía.

Entre otros títulos, Ena ha publicado los libros Dos cuentosEl exégetaRipios y epigramasLas horasSolitarIslaLucesLa luz que conduce a los poetas y Sepia.  Lo interesante del caso de esta guantanamera es que ella no se ha limitado a la escritura en su condición de narradora, poeta y ensayista, sino que también se ha proyectado como fotógrafa y pintora, con exposiciones en varios países.

Radicada actualmente en Estados Unidos, su más reciente obra es la novela Confesiones de un idiota, presentada el sábado 17 de noviembre de 2018 en el Wolfson Campus del Miami Dade College, como parte del programa de la Feria del Libro de Miami. A propósito de esta narración, de temática inusual en el panorama de la literatura cubana, Miradas Desde Adentro reproduce una reseña escrita por nuestra compatriota María Cristina Fernández y aparecida en El Nuevo herald.

Ena Columbié entre la crudeza y la ternura de las ‘Confesiones de un idiota’

por María Cristina Fernández

El libro más reciente de la escritora cubana Ena Columbié, Confesiones de un idiota, publicado por la editorial Silueta, es una novela que nos acerca a un mundo inusual. En algún lugar de California, una mujer cuyo nombre se desconocerá y quien será nombrada solamente como Ella, responde a un anuncio de trabajo para asistir con el cuidado de cinco jóvenes “especiales”; hombres que nunca crecerán, niños eternos, idiotas para gran parte de la humanidad.

Para los antiguos griegos, un idiota era aquel al que se le segregaba e impedía participar activamente del proceso político (legos). En una sociedad donde los afanes de la democracia eran prioritarios, los ciudadanos ideales eran a quienes se les otorgaba el privilegio del quehacer cívico, dádiva vedada a las mujeres, los esclavos o los forasteros. Por supuesto que desde entonces hasta la actualidad, las connotaciones de esta palabra han cambiado, aunque hoy en día un idiota, ya sea porque carezca de los atributos del entendimiento o porque sea un rezagado competitivamente hablando, sigue siendo un ser menoscabado.

A estos seres “especiales” sobre los que narra la autora, no los visita casi nadie, cuando más un pariente o un amigo en algún momento del año. En su conjunto, aunaremos un buen mosaico de síndromes y síntomas: síndrome de Down o el llamado X Frágil, retraso mental, autismo, mosaicismo, entre otros. Alguno puede tener cataratas congénitas o crecimiento anormal de los testículos o pueden ser agresivos consigo mismos o con los demás; a otro le supuran los oídos, o tendrán en mayor o menor medida, incapacidad para la expresión verbal, para vestirse o mantenerse en pie; también consumen una buena dosis de fármacos y se quejan con sonidos guturales, se babean, se divierten caóticamente o se masturban hasta el cansancio.

Vittorio, Bryan, Bill, Brad y Paul conviven sin tener ningún parentesco entre ellos, como los personajes de Boarding Home, una novela de Guillermo Rosales sobre sus vivencias en un asilo, pero tratados con dedicación mientras están bién atendidos, cumplen sus rutinas, no carecen de lo elemental, aunque la dueña de la casa, Julia, pueda tener un “aburrimiento infinito y la mirada ausente”, casi como una idiota más. Pero para alegrarles y cambiarles un poco la vida, está el personaje de Ella, quien pareciera haber llegado a esa casa para suplir las carencias de afecto y atención de los jóvenes.

En particular, quien capta más la atención de la cuidadora es Brad, “un convidado de piedra”, como lo define Ella al conocerlo. Tal vez sea él por quien la novela lleve este título; es a este idiota (adoptando la acepción del vocablo no peyorativamente) en quien la autora se detiene más a exponer su mundo privado, casi inaccesible. “Lagunas profundas y reflexivas son las horas de Brad”, es una imagen que describe con belleza y exactitud el mundo de silencio donde se sumerge este muchacho con trisomía 21, una lengua enorme que se sale de su boca y una aparente sordera. “Si de su silencio dependiera la seguridad del mundo, estoy dispuesta a apostar que nunca nada por pequeño que fuera nos podría suceder”.

Entre Ella y Brad surge una delicada y dedicada complicidad que va socavando incluso las limitaciones físicas e intenta librarlo de un inherente sentimiento de culpa. La sagacidad de la mujer le permite intuir que hay mucho más por descubrir dentro de estos seres raros y que no hay mejor ciencia para ello que la paciencia. “Ella me enseñó a oír con la mirada”, confiesa el muchacho, quien queda fascinado por las historias de su mundo que la mujer le cuenta, y donde habitan los chichiricús, los jigües y los elewas. La mujer le brinda, además de los cuidados elementales de alimento, limpieza, medicación y orden, un regalo muy especial y que quizás nadie antes le ha procurado. Estos son los recursos imaginativos contra la tristeza. No es que de cierto modo él no los tenga, pero con Ella los refuerza, reconoce su valor, se los entrega enriquecidos y más eficaces. Lo mismo ocurre con el baño, que más que un tiempo de aseo, se volverá la fiesta del agua. “Algo duele siempre cuando la gente se va”, pero la vida sigue y al irse Ella, presionada por sus propias urgencias personales, Brad ya no será el mismo.

Aunque las convenciones sociales todavía apuntan al desinterés o la falta de fe en estas personas cuya diferencia se asienta en trastornos genéticos, la novela apuesta por una posición contraria a lo sobreentendido. No recuerdo en la literatura cubana un precedente semejante, aunque sí en el filme Suite Havana del director Fernando Pérez donde se expone silentemente la cotidianidad de un niño con trisomía 21. Este libro tal vez permita al lector, como a la propia Ella en la novela, evocar sus propios seres especiales, esos que no asoman mucho a la vida pública pero que están cerca y sienten, padecen, añoran como los demás.

No puedo dejar de mencionar que la ilustración de portada es de Misleidys Castillo, creadora con impedimentos autistas y de audición. Desde hace un tiempo, organizaciones como NAEMI y la muestra llamada Outsiders que organiza el CCE en Miami, tratan de romper esos aislamientos forzosos para que entre sus vidas y las nuestras, la distancia sea un poco más corta.

Tomado de El Nuevo Heraldwww.elnuevoherald.com

En saludo a los 500 años de La Habana

En saludo a los 500 años de La Habana

Numerosos proyectos culturales se acometen por estas fechas como parte de las celebraciones por los 500 años de La Habana. Libros, discos, multimedias, exposiciones… son partes de ese cúmulo de homenajes que se le rinde a la capital de los cubanos por arribar a su quinto centenario. El poeta y periodista Félix Contreras también se suma a esta declaración de amor por La Habana, con un libro que ve la luz a través de la editorial Unión y acerca del cual Yoe Suárez ha publicado un trabajo en Diario de Cuba que reproducimos hoy en Miradas Desde Adentro.

Apuntes de una Habana sensorial

Por Yoe Suárez

Si para Fayad Jamís La Habana era un mundo de espejos y música, para el periodista Félix Contreras es un almacén de emociones. Y su más reciente libro de entrevistas La Habana narrada en el espejo es inventario, la cuerda que lo guía es la de la nostalgia; si un tono, ambarino. Las preguntas tientan la melancolía y el autor es también presa de ella.

¿Acaso estas 140 páginas prueban que el ayer se idealiza, se decanta lo feo y queda lo bonito? ¿O será tal vez que todo tiempo pasado fue mejor?

La compilación, de arqueología social, se mueve sobre todo en el siglo XX. Trata de reconstruir con palabras lo que el deterioro y el olvido han desvanecido.

Los 30 entrevistados que hablan desde sus páginas describen una ciudad por capas. Una urbe a pesar de los catálogos turísticos, la prensa indolente o la Historia edulcorada.

La selección de voces del autor busca la representatividad y un virtuosismo que contribuya a describir a veces lo que ya no está, esa Habana de cafetines, de fondas y cabarets.

Hablan ya fallecidos como el musicólogo Helio Orovio y el arquitecto Miguel Coyula. Hablan también otros desde fuera del país. La convocatoria de Contreras propone desnudos personalísimos, que configuran también el espíritu citadino.

Si La Habana son muchas Habanas este libro tiene su centro en el centro, dígase la vieja ciudad y El Vedado. La periferia aparece, precisamente, de un modo periférico. Tanto así, que algún entrevistado pide que desaparezcan Alamar, al este, y el mamotreto diplomático de la antigua URSS, al oeste. Son centro La Rampa, la Catedral, el antiguo Palacio Presidencial asaltado, los espacios engarzados a los recovecos de la juventud y con ella al amor, la amistad, los pavores.

Hay sitios que se reiteran en las respuestas: el Malecón, la Plaza de la Revolución, el Morro, el Capitolio. Sensaciones recicladas: olor a mar, color de atardecer, la mudez de octubre del 67 al anunciar el fin del Che. Personajes que la pueblan hasta después de muertos: Benny Moré, Celia Cruz, El Caballero de París.

También La Habana imaginada se hace ladrillo y carne en las palabras de los entrevistados. Al punto que Cecilia Valdés, por ejemplo, es considerada por varios encuestados como la mujer más importante de la ciudad. Otros sueñan con caminar junto a Martí por la urbe.

El tiempo da vida al mito, y la devuelve a los que hicieron historia.

Este es un libro sensorial. Félix, periodista de larga data, pide a los convocados que huelan, observen, saboreen la capital. De tal ejercicio asoma un tema que atraviesa este compendio de cuestionarios: el dolor. La ciudad, a punto de cumplir 500 años, duele en la misma medida que se ama, y el escritor Tato Quiñones resume mejor que nadie el dilema de mirarla día a día: «Claro que, para hacerlo, a los hombres y a las mujeres de nuestra generación —que ya estamos consumiendo el tiempo de la tercera juventud—, el asunto no es fácil. Y no lo es porque, para nosotros, La Habana son dos: la actual cotidiana que medio nos lastima, medio nos empinga y, aquella, la otra que conservamos en la memoria alimentada por la nostalgia».

El arquitecto Nelson Melero, tiene una explicación para la de hoy, la que hiere: «La Habana ha pagado con creces su cuota de ser la capital hipertrofiada típica de un país subdesarrollado. Por decisión expresa fue condenada al olvido, a no hacer nada más en ella hasta tanto no se desarrollara el resto del país, pero por cuánto tiempo más y hasta cuándo debe durar esta sanción».

Y subraya que del carácter metropolitano y moderno alcanzado durante el siglo XX queda nada:

«ha sufrido un proceso de vuelta atrás, de ruralización que se expresa no solo en las transformaciones realizadas en la arquitectura y el urbanismo, sino también en las manifestaciones de sus habitantes, en sus gustos y preferencias».

En muchos sentidos, este volumen se asemeja a la ciudad que describe. Uno de ellos es que varios de los que hablan aquí nacieron por otros lares, comenzando por el autor (Pinar del Río, 1940). Como la mayoría de las capitales modernas empadrona a quien la precise. La lista de adopciones es larga y tiene un correlato en la muestra de este libro: fifty-fifty.

Invito a los lectores a que examinen su relación con la capital. Las 17 preguntas con que Contreras induce evocaciones bien pueden autoaplicarse.

Yo, por lo pronto, ya tengo mis respuestas y las sumo a las de La Habana narrada en el espejo. ¿Y si usted suma sus respuestas personales sobre la urbe real y la que gravita, como un fantasma bonito, en el recuerdo?

¿Qué lugar define a La Habana?

La Rampa, incluyendo la céntrica intersección de 23 y L, y el pedazo de Malecón que le sucede.

¿Qué sabor te identifica con La Habana?

El de la corteza vitaminosa de la almendra criolla, que mascaba al regreso de la primaria por toda Quinta Avenida de la mano de mi abuela.

¿El olor de La Habana?

El petróleo de los almendrones de alquiler.

¿A qué rincón de La Habana vuelves siempre?

A Marianao, donde he gastado parte de mi adolescencia y mi juventud.

¿Qué lugar para mirar (sentir) La Habana?

Las alturas de Casablanca, al otro lado de la bahía.

¿Qué hora de La Habana?

El amanecer, que nos atrapa tanto a los que madrugamos para trabajar como a los que trasnochamos avivados por los amigos.

¿Qué hecho histórico de La Habana?

El asalto al Palacio Presidencial, por comandos del Directorio Revolucionario de la Universidad de La Habana.

¿La mujer más importante de La Habana?

Mi abuela, descendiente según la historia familiar, de Perucho Figueredo y el general independentista Saturnino Lora.

¿Qué canción te recuerda a La Habana?

«Delirio y habanera», cantada por Liuba Maria Hevia.

¿Tu personaje de La Habana?

Raulito, un loco inofensivo y ocurrente, asiduo a 23 y 12, que a veces se pasea manejando su auto imaginario por las aceras e imita virtuosamente algunos instrumentos musicales montado en las guaguas. Para mí es el nuevo Caballero de París.

¿Qué monumento?

El Martí a los pies de la Plaza de la Revolución: ¿pensativo, molesto? Escalofriante.

¿Qué lugar para el amor?

El Malecón, y la beca de F y Tercera.

¿Qué falta a La Habana?

Sitios de tres B: buenos, bonitos, baratos.

¿Qué libro te identifica con La Habana?

La noche del Aguafiestas, de Antón Arrufat.

¿El pintor de La Habana?

Raúl Martínez.

¿Qué debemos hacer por La Habana?

Ser gentiles con ella.

¿Qué esconderías de La Habana?

Los muros invisibles que la encierran.

Félix Contreras, La Habana narrada en el espejo (Unión, La Habana, 2018).

Tomado de Diario de Cuba, www.ddcuba.com

El renacer de la décima

El renacer de la décima

Viajera peninsular

cómo te has aplatanado,

qué sinsonte enamorado

te dio cita en el palmar.

Dejaste viña y pomar

soñando caña y café,

y tu alma española fue

canción de arado y guataca

cuando al vaivén de una hamaca

te diste al Cucalambé.

Lo anterior son unas célebres décimas escritas por El Indio Naborí, sin la menor discusión  uno de los más grandes decimistas que ha tenido Cuba. Como ha señalado el investigador y poeta Virgilio López Lemus: «Décima es una estrofa de diez versos preferentemente octosilábicos, cuyas variantes de mayor difusión han sido la copla real en los siglos XV y XVI y la espinela a partir del XVII. (…) Es el único molde hispánico de origen «culto», que encontró gran aceptación en las poesías escrita y oral.»

Según numerosos estudiosos, como el aludido López lemus, la décima resulta un puente cultural entre naciones que se expresan en español y portugués, por lo que puede valorársele como una manifestación identitaria, uno de los rasgos comunes que encontramos en la lírica hispano-lusitana.

Desde sus orígenes, la décima, que dicho sea de paso, es el único molde hispánico de origen «culto» que tuvo aceptación por igual en las poesías escrita y oral, ha asumido disímiles variantes en su estructura. A partir de 1591, cuando Vicente Martínez Espinel dio a conocer sus «Redondillas» en el libro titulado Diversas rimas y gracias a la popularidad registrada por la fórmula propuesta por este autor, se le comenzó a denominar espinela. Vale acotar que entre las múltiples formas decimísticas, solo hay dos que poseen nombre propio: la espinela y la copla real, por lo que no hay que confundir el término décima con espinela .

En buena medida a partir de la obra de noveles escritores, una estructura como la décima ha experimentado en Cuba lo que puede catalogarse como un auténtico renacer. Muchos jóvenes poetas le han aportado a esta estrofa de diez versos un nuevo aliento en los últimos treinta años. Ello es parte de la movida que se ha dado en nuestro contexto por las nuevas generaciones de artistas e intelectuales, en cuanto al rescate de valores pertenecientes a la tradición de la cultura nacional, pero asumidos desde una renovadora visión ideoestética.

Un libro como El mundo tiene la razón (Editorial Sanlope, 1996), de los holguineros Ronel González y José Luis Serrano, que ganase en 1995 el Premio Cucalambé, sin la menor discusión el concurso más importante de la décima escrita en nuestro país, corrobora ese espíritu innovador al que me refiero. Gracias a las convocatorias del certamen antes aludido, han visto la luz otros decimarios de gran valía, como Sueños sobre la piedra (Editorial Sanlope, 1998), del santiaguero Alberto Garrido, y del que sobresale el texto denominado «Días de la quimera».

Entre los importantes decimarios publicados a partir del Premio Cucalambé habría que mencionar Perros ladrándole a Dios (Editorial Sanlope, 1999), del tunero Carlos Esquivel Guerra; Con esta leve oscilación del péndulo (Editorial Sanlope, 2000) y Examen de fe (Editorial Sanlope, 2002), de los holguineros Yunior Felipe Figueroa y José Luis Serrano, respectivamente, o por poner un último ejemplo, Otra vez la nave de los locos (Editorial Sanlope, 2003), original de la capitalina María de las Nieves Morales.

Mas no ha de hablarse únicamente del concurso Cucalambé como motor impulsor de la décima en Cuba en el pasado reciente. Un análisis del asunto, por somero que sea, no puede soslayar la existencia en el territorio nacional de otros eventos literarios que han coadyuvado al florecimiento de la espinela. Entre tales certámenes, cabe resaltar en el decenio de los noventa la Bienal de la Décima, un premio otorgado al fomento de esta forma poética y en el que fueron laureados los libros Otro nombre de mar(Editorial Capiro, 1993), de Jorge Luis Mederos, y Alucinaciones en el jardín de Ana(Editorial Capiro, 1995), escrito por Alpidio Alonso Grau. Un concurso muy destacado es el que lleva por nombre Fundación de Santa Clara, que entre otros libros ha premiado Aneurisma (Editorial Capiro, 1999), del ya citado José Luis Serrano; Soldado desconocido (Editorial Capiro, 2001), del villaclareño Yamil Díaz Gómez, y El libro del cruel fervor (Editorial Capiro, 1997), del camagüeyano Jesús David Curbelo.

Así las cosas, otras voces han ido surgiendo y ya sorprenden a la crítica y a los lectores por la madurez que registran, a pesar de poseer –en su inmensa mayoría— una corta edad. Son los casos de Omar Raúl Díaz Ávila, Ana Rosa Díaz Naranjo, Diusmel Machado, Rafael de Jesús Valdivia, José Antonio Guerra, Libán H. Izquierdo y el un tanto menos joven Arístides Valdés Guillermo.

De singular valía en el proceso de renovación vivido por la décima en nuestro país en las dos últimas anteriores décadas es el rol desempeñado por muchachas decimistas. Junto a las ya mencionadas María de las Nieves Morales y Ana Rosa Díaz Naranjo, habría que aludir también entre otros nombres a los de María Liliana Celorrio, Elizabeth Álvarez, Odalis Leyva, Alexa Beiro y Nuvia Estévez, hacedoras de un discurso de clara orientación feminista, pues ocurre que a estas alturas del siglo XXI hay tantas razones para enarbolar tales banderas, como reclamar que hombres y mujeres seamos iguales en dignidad y derechos, pedir por el fin de la violencia del sistema machista y que desprecia a los seres diferentes, o luchar porque verdaderamente algún día se haga realidad el ideal republicano de libertad, igualdad, fraternidad, un sueño todavía pendiente.

A tenor con lo anterior, los versos de estas autoras nos invitan a identificarnos con esa mitad de la humanidad, ex moradora de la antigua ciudad de Delfos y donde estaba el templo de Afroditas. Y es que, pensando en una frase de Víctor Hugo en la que expresaba: «la utopía de hoy es la realidad de mañana», podemos captar el supramensaje de los textos de las jóvenes hacedoras de las que no pocos especialistas consideran como inquietantes décimas.

Un ejemplo representativo de lo antes descrito y que ha gozado de mucha popularidad entre amantes de la décima con aproximación a las corrientes feministas es «Yo soy la peor», original de la muy galardonada Nuvia Estévez:

la única

Pola Negri su boquilla

humeando contra la astilla

del Hades (…)

Soy Pola Negri

Mastican

este verde que destilo

Soy la araña Soy el hilo

Son ellos quienes claudican.

Un criterio valorativo de la producción en conjunto de noveles decimistas lo ofrece el investigador y también cultor de la décima Carlos Esquivel Guerra, que en el excelente artículo «Décima y cine: lenguaje de confluencias. Acoplamientos», afirma:

«La búsqueda de nuevas formas comunicativas ha permitido a la última generación decimística del país un ajuste contemporáneo en su visión perceptora respecto al arte y a su compromiso dialéctico. La absorción de moldes o referencias del teatro (‘’imitando’’ los esbozos internos de los personajes, adquiriendo un estilo en la libertad de imponer acotaciones, cortes o giros a un diálogo en específico o en la trama en general), de la música clásica y popular (como citas a Vivaldi, Lennon, The Beatles, Benny Moré…) en las artes plásticas (sobre la base pictórica del verso como unidad de un paisaje, como intuición metafórica en el acercamiento a la luz, al contraste entre el color y la línea, también como glosas o dibujos verbales de las obras de Milo, Goya, Bernini, Picasso…) enriquecen la inclusión de la espinela en el lenguaje estilístico actual.»

De tal suerte, lo importante es saber que entre los actuales decimistas cubanos, en los que abundan representantes de las nuevas generaciones, hay una enorme variedad de temas y de diversidad en los enfoques, con lo cual la que un día fue llamada estrofa nacional se revitaliza, para bien de sus cultores y admiradores.

Gastón Baquero: El sinsonte sigue cantando a todo pecho

Gastón Baquero: El sinsonte sigue cantando a todo pecho

Siempre he dicho que para mi formación Professional y para mis gustos estéticos, mucho le debo a la huella que en mí dejaron mis padres. Entre las tantas cosas que le agradezco a mi ya desaparecido viejo, una de las que más significado tuvo es el amor por la radio. MI padre fue alguien totalmente apasionado por la práctica del diexismo y de él adquirí la costumbre de escuchar la onda corta. Aunque hoy ya no lo hago, entre otras razones por carecer de un equipo elemental para ello (los radios que hay en casa solo disponen de AM y FM) en buena parte del decenio de los setenta y ochenta de la anterior centuria, pasé muchas horas nocturnas moviendo el dial por disímiles frecuencias de la onda corta.

Una de mis emisoras favoritas de por entonces era Radio Exterior de España. Fue a través de dicha frecuencia radial que escuché por primera vez la voz de Gastón Baquero, quien laboraba en esa redacción radiofónica y de cuando en vez dejaba circular su peculiar acento caribeño a través del éter, en comentarios que discursaban sobre lo humano y lo divino con amenidad y socarronería, si mis ya lejanos recuerdos no me engañan.

En una jornada de aquellas transmisiones, en la que compartía la audición de los decires de Gastón con mi padre, fue que el viejo me proporcionó los primeros datos que supe acerca de quién era Baquero y qué representaba en el devenir de la cultura cubana. Por razones que he olvidado, ambos se conocían de los tiempos en que el mítico poeta ejercía el periodismo en las páginas de El Diario de la Marina, órgano acerca del cual yo estaba haciendo un trabajo investigativo para una asignatura de mi carrera universitaria. Por supuesto que papi aprovechó la ocasión y me recomendó que si yo pretendía conocer periodismo del bueno de verdad (más allá del maniqueísmo de considerar que identificarse con la obra de un creador es sinónimo de asumir su proyección política), no dejase de leer los trabajos firmados por Gastón Baquero en la prensa cubana anterior a 1959, fecha en la que el autor se marchó de Cuba para nunca volver.

La celebración en el 2014 del centenario del natalicio del poeta, ensayista y periodista Gastón Baquero (Banes, mayo de 1914-Madrid, mayo de 1997) propició la publicación de varios textos que rinden homenaje a esta figura fundamental de la literatura cubana y acerca del cual, el poeta y ensayista Jorge Luis Arcos ha escrito:

«Comentábamos una tarde, César López, Enrique Saínz, Efraín Rodríguez y yo, cómo Baquero padeció las cuatro o cinco parcas: era pobre, mulato, homosexual, provinciano y, como por añadidura, poeta, y después padeció una sexta: la del exiliado. Pero el poeta, en cierto sentido, ¿no es todas esas cosas, siempre, y muchas más? Entonces el poeta da testimonio de su insondable temporalidad, y es siempre el huérfano, el hijo errante (¿de la mar?) –el eterno niño de su poesía–, el peregrino, el huésped, el forastero, el exiliado, el pobre, el mendigo, el viajero incesante –y el viajero es el que hace el tránsito, el que transita–, el inocente, el que escribe en la arena el testimonio fugitivo e imperecedero de la poesía, como si la belleza solo pudiera existir a costa de desaparecer; más: como si la belleza de las formas en la luz fuera el testimonio rapidísimo de otra Belleza eterna, invisible. Por eso el poeta es como el guardián de ese misterio profundo –tal en su poema «El río», por ejemplo–; pero es también el que padece como un desamparo, una orfandad cósmica («la orfandad del planeta / en la siniestra llanura del universo») –el conocimiento tiene ese precio, también–, y de ahí su profundo pathos vallejiano, chaplinesco incluso –tal en su conmovedor «Con Vallejo en París -mientras llueve» (suerte de alter-ego suyo)–; en su desolado, «El viajero» («Silbar en la oscuridad para vencer el miedo es lo que nos queda»); en ese poema tan inquietante, tan extraño, tan turbador, «El viento en Trieste decía»; o en las desesperadas preguntas de Paolo al hechicero, del poeta a su ¿indiferente? Creador. Ese como nihilismo profundo, que no llega a albergar esperanzas ni siquiera –y repárese en que Baquero fue un hondo creyente– después de la muerte, como se aprecia en su poema «El huésped», fue el reverso de su zona luminosa, prístina, matinal, lúdicra incluso. Baquero tuvo, pues, los dos tonos absolutos, los dos eternos registros: el de la Muerte y el de la Vida, y una zona como intermedia, transitoria, existencial, el del viajero incesante entre esos dos reinos intercambiables, que puede entonces, siempre, despedirse así de nosotros: Volveremos de nuevo a decirnos adiós».

Entre los textos que aparecieron para celebrar el centenario de Gastón Baquero, la Fundación Banco Santander puso en circulación en España el volumen Fabulaciones en prosa, un conjunto de artículos, ensayos y cartas inéditas de este escritor y que abordan sus preocupaciones por el devenir de la humanidad. En el puñado de escritos sobre historia, filosofía, música, religión y literatura, seleccionados por el investigador Alberto Díaz-Díaz, conviven personajes tan dispares como Cristóbal Colón, Víctor Hugo, George Bernard Shaw o Simón Bolívar, reflejados desde el particular punto de vista que sobre ellos tenía el autor banense.

A propósito de su quehacer periodístico, Baquero le confesó lo siguiente al poeta y editor Felipe Lázaro:

Quiero tratar ese asunto con guantes de seda, porque en general se me ocurren cosas bastante desagradables cuando pienso en lo que es el periodismo. Balzac dijo una verdad tremenda: «Si el periodismo no existiese, habría que no inventarlo». Lo contrario de lo que se ha dicho de Dios. Porque el periodismo –no los periodistas– es una cosa que no está en la inteligencia. Como se le entiende habitualmente, como se le practica, es algo deplorable y dañino para el espíritu, porque es una escuela cotidiana y pertinaz de vulgaridad (de vulgaridad impuesta por la demanda del mercado). ¿A qué seguir? Uno está en el periodismo y no debe, ni puede, subestimarlo, porque tampoco es una prisión ni un infierno. Sólo que es una profesión que apenas si tiene que ver con la literatura, no obstante que se hace con letras, y apenas tiene que ver con la filosofía no obstante que maneja ideas. El periodismo cotidiano gasta y vuelve roma la sensibilidad de un artista, de un pensador, de un poeta. Comprendo el horror con que vieron algunos amigos de la juventud mi entrada en firme en un periódico. Por cierto buen concepto que tenían formado sobre mis posibilidades en lo literario, se enojaron bastante, y me tuvieron por frívolo y por sediento de riqueza, cuando no sólo entré en el periodismo, sino que a poco fui en la profesión esa cosa nauseabunda que se llama un triunfador».

Otro de los libros que salió al mercado para rendir tributo al centenario de este gran humanista, que en la década de los noventa abogó por la publicación conjunta de textos de escritores de la Isla y la diáspora y por la idea de que la cultura cubana era una sola más allá de la política, es Poderosos pianos amarillos. Poemas cubanos a Gastón Baquero, perteneciente a la colección Capella de Ediciones La Luz, casa editorial holguinera de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y que surgiese allá por 1997. Con trabajo de compilación y edición a cargo de Luis Yuseff y prólogo de Virgilio López Lemus, se recogen aquí textos de alrededor de 140 autores, residentes tanto dentro como fuera de nuestro país.

En su totalidad, el material corrobora que, como pensaba Jorge Luis Borges, Cada generación de escritores crea a sus precursores y el primer acto de creación, como se sabe, no es la escritura sino la lectura, por lo cual no resulta casualidad que el lema de las Romerías de Mayo en Holguín –embrión de donde nacen las Ediciones La Luz– sea justamente la frase »porque no hay hoy sin ayer». El enorme significado cultural de un proyecto como el de este libro, en el que intervienen poetas que van desde Eugenio Florit, Fina García Marruz, Luis Marré, Domingo Alfonso, José Koser y Lina de Feria, hasta Maya Islas, Felipe Lázaro, Bladimir Zamora, Daniel Díaz Mantilla, Norge Espinosa,José Félix León, Alejandro Querejeta, Juan Carlos Recio, Orlando Rossardi, Pío E. Serrano, Jesús Barquet, Gleyvis Coro, Milena Rodríguez, Juan Carlos Valls, Camilo Venegas, Carmen Serrano, Ricardo Riverón, Juana García Abás, Lourdes González, Manuel García Verdecia, Alfredo Zaldívar, Alberto Acosta-Pérez, Roberto Méndez, León Estrada, Reinaldo García Blanco, Arístides Vega Chapú, Rigoberto Rodríguez Entenza, Francis Sánchez, Zurelys López, Carlos Esquivel, Luis M. Pérez Boitel, Ronel González, José Luis Serrano, José Luis Fariñas, Luis Yuseff, Frank Castell, Irela Casañas, Yanier H. Palao, Yunier Riquenes, Moisés Mayan, Jamila Medina y Legna Rodríguez…, se sintetiza en lo asegurado por Erian Peña Pupo al comentar la aparición de la compilación:

«Este es un libro cofre: texto misterioso y sobrecogedor, más que una antología o una selección de poemas inspirados en la lírica de Baquero, Poderosos pianos amarillos… es un puente, una necesidad imperiosa del quehacer editorial cubano, una comunión para rendir tributo a un poeta vital».

Poderosos pianos amarillos… se ajusta a lo afirmado por el homenajeado, cuando a un cuestionamiento acerca de qué le parecía la nueva generación de jóvenes poetas cubanos, que muestran un seguimiento de su obra y que se acercan a él con amistad y respeto, respondió:

«Lo que me encanta, me hace muy feliz para ahora y para después de la muerte, es comprobar cada día la pasión de los y las jóvenes de los territorios en que se desenvuelve hoy la gente cubana, por la poesía. ¡Qué maravilla, cuánta poesía buena se está haciendo dondequiera que late un corazón cubano! El sinsonte sigue cantando a todo pecho. (…) Y soy feliz. Las muestras de cariño que me llegan de la plural geografía cubana, las recibo como una señal de continuidad, de sucesividad invariable de lo cubano en poesía».

Gracias a Bladimir Pascual Zamora Céspedes (O el Blado, como solían decirle, aunque yo prefería llamarlo Pascual) supe por primera vez del trabajo de la editorial Betania, obra del güinero Felipe Lázaro, quien para iniciar dicho proyecto en 1987 decidió comenzar con ese importantísimo libro que esConversación con Gastón Baquero, un título de obligatoria lectura y que ya cuenta con tres ediciones. De la última de ella, que además de aparecer en letra impresa está en formato digital, reproduzco la respuesta que el autor de Memorial de un testigo (poemario considerado por la crítica como esencial en la lírica baqueriana) da a la pregunta de cómo influyó en su formación y vida literaria el haber nacido en un pueblo como Banes, más en contacto con la naturaleza, el campo, los cultivos y su posterior descubrimiento de La Habana, más cercana de lo foráneo, de la influencia extranjera:

«Mi pueblo natal no era exactamente un pueblo campesino con predominio de lo rural sobre lo urbano. Por la presencia allí, desde el año 2, de la United Fruit Company (seamos justos, mal que moleste) la calidad de vida de ese pueblo, que presumía de haber sido la capital indígena de Cuba, Baní, era deseada y envidiada por muchos otros pueblos del contorno.

«Una de las consecuencias o razones de esa calidad de vida era la abundancia de las escuelas públicas y privadas. Hasta los que por razón de pésima condición económica no asistíamos a la escuela a la edad conveniente conocíamos de la fama de los maestros y maestras, caracterizados casi todos ellos por el amor a los versos y por el hábito de decir poesías, en el aula o en la tribuna patriótica, en el café o en las reuniones familiares».

(…)

«Esta persona dominada por la fantasía -por la necesidad o por el gusto de fantasear- es la que sale un día de su pueblo y va a vivir a la capital. A la capital de un país con tradición larguísima de poesía. Y de poesía llena de fantasía, de imaginaciones, de poetas que por lo mismo que no han visto jamás la nieve, escriben cantos y cantos a la nieve, que es lo debido. Hablar de lo que no se ha visto es crear. Intentar describir lo visto es una utopía, porque lo real es inapresable por la palabra y aun por la mirada».

Allá por el primer quinquenio de los noventa de la pasada centuria, el Blado (mi buen amigo Pascual) iba con frecuencia a España y siempre a su retorno, organizábamos unas tertulias en su cuartico de La Habana Vieja, más conocido como La Gaveta. No sabría decir cuándo fue la primera vez que mi siempre recordado hermano y compañero de redacción en El Caimán Barbudo me habló con suma emoción acerca de sus encuentros con Gastón Baquero, en su casa ubicada en la madrileña calle de Antonio Acuña y que, según cuentan los visitantes de la morada, era algo así como una extensión de Cuba en España. A lo mejor fue en 1995, cuando a su regreso de Madrid el Blado (Pascual) se nos apareció en la Editora Abril con un ejemplar de un libro titulado Poesía cubana: La isla entera (1995), una hermosa antología poética que Bladimir Zamora realizó en colaboración con Felipe Lázaro para la Editorial Betania. Esta obra, que reúne a 54 poetas cubanos de dentro y fuera de Cuba, se publicó después del evento madrileño «La Isla entera», en el que participaron ambos compiladores.

El quehacer de Felipe Lázaro al frente de su editorial Betania merece ya un serio estudio, así como el reconocimiento entre nosotros de lo mucho y bueno que le ha aportado a la cultura cubana. Aunque poseedora de un extenso catálogo, a decir verdad un solo título de dicho sello editorial le basta y sobra como puerta de entrada a la perdurabilidad. Por supuesto que me refiero al ya aludido Conversación con Gastón Baquero. Gracias a la maravilla del ciberespacio, atesoro en mi computadora la edición electrónica de este libro, disponible para su descarga gratuita en la red. DE las páginas digitales que dan testimonio del diálogo sostenido por Felipe Lázaro con Baquero, extraigo la respuesta de este último ante una interrogante referida a lo que Roberto Fernández Retamar ha denominado «la generación de poetas trascendentalistas», que gira en torno a José Lezama Lima y la revista Orígenes:

«Ese tema de la «generación de Orígenes«, los trascendentalistas, etcétera, tiene que ser tratado, me parece, con mucho cuidado, para no dejarse arrastrar por el tópico, por el juicio que por inercia se hace lugar común y acaba por convertirse en tradición o en ley fija.

«En rigor, no hay tal generación de Orígenes. Usted no puede hallar nada más heterogéneo, más dispar, menos unificado, que el desfile de la obra de cada uno de los presuntos miembros de la generación. Siempre he tenido la impresión de que Lezama, que era una personalidad muy fuerte, que tenía un concepto exigentísimo para la selección y publicación de un material en «su» revista, aceptó a muchos de nosotros a regañadientes, porque no tenía a mano a nadie más. Creo que literalmente no nos estimaba en lo más mínimo. Lo que cada uno de nosotros hacía estaba tan lejos, a tantos kilómetros de distancia, de lo que él hacía, que la incompatibilidad era no sólo obvia, sino escandalosa.

«En lo personal mismo nos llevábamos bastante mal. Pero esto es propio del ambiente literario, o de los literatos de todos los tiempos. Mi veneración y mi respeto por la obra de Lezama y por su actitud ante la cultura, no me impidieron nunca reconocer que su carácter era muy fuerte, intransigente, con rigor excesivo para enjuiciar personas y obras. Casi siempre estábamos, como los niñitos en el colegio, «peleados». No nos reuníamos en grupo jamás, porque no existía tal grupo, sencillamente. Cuando por una simpleza, nos echó de Orígenes a Cintio, a Eliseo, a mí y a otros, puso una nota que me produjo una risa enorme, porque decía que a partir de ahí la revista iba a ser «más fragante». ¡Y metió a Rodríguez Feo! La palabra «fragante», que nos calificaba de apestados, tenía una gracia enorme, como producto de una rabieta infantil que era.

«Esto no quiere decir que desconozca o niegue el valor de la revista Orígenes. Una cosa es la revista y otra es lanzarse, por comodidad y por obediencia al lugar común, a hablar de «la generación de Orígenes«. La revista fue la expresión de unas tendencias literarias actuales (actuales en aquel momento, por supuesto), pero no fue sino una expresión más del amor sempiterno de los cubanos por la literatura y por la publicación de buenas revistas. Es explicable que los extraños hablen deOrígenes como si se tratara de algo único, insólito y excepcional en Cuba. Dejando a un lado la cuestión de la calidad, que es, en definitiva, cuestión de preferencias y de gustos, ¿cómo desconocer la importancia de revista como la de la Universidad de La Habana, como la Revista Cubana, como la Bimestre, como la del Lyceum, como la de la Biblioteca Nacional, como la de los arquitectos, etcétera? Desdeñar olímpicamente todo lo que hacen los demás, todo lo que no responda textualmente a nuestro criterio, es una agresión a la cultura, es un acto de barbarie. Siempre, en todo tiempo, la nueva generación de poetas hace heroicamente «sus revistitas», como decimos peyorativa e injustamente. Las hemerotecas cubanas deben estar llenas de publicaciones modestas, humildes en la presentación, pero llenas de fe en la poesía. Piénsese en una revista como Orto, de Manzanillo, la revista de Sariol, y se tendrá un ejemplo magnífico de lo que quiero decir. O en aquella santiaguera que tenía el estupendo título de Una aventura en mal tiempo. ¿Y Cuba contemporánea y tantas otras?»

Con una trayectoria artístico literaria en todo tiempo al servicio de la cultura cubana (en particular) e hispánica (en general), acerca de este banense de talla universal cabe expresar lo afirmado por Felipe Lázaro al decir:

«Convertido así, definitivamente en Maestro, por su visión global de todo hecho cultural, Baquero ha trascendido como literato y ya es hoy un faro que ilumina con sus versos y su prosa, que plasmaron el amor a todo lo cotidiano que importa al hombre. Transparente y ejemplar puente por donde debe transitar todo posible derrotero que nos recuerde su mayor anhelo: descubrir el sendero que lo lleve / a hundirse para siempre en las estrellas».

A propósito de teoría y práctica de La Habana

A propósito de teoría y práctica de La Habana

Rubén Gallo (México, 1969), crítico y catedrático de lengua y literatura en la Universidad de Princeton, EEUU,  es en la actualidad uno de los más reputados escritores surgidos en México en recientes décadas, gracias a libros como Heterodoxos mexicanos (un repaso de las vidas de compatriotas suyos que van de Octavio Paz a Pancho Villa) y México DF, lectura para paseantes(antología de autores mexicanos imprescindibles tales como Jorge Ibargüengoitia o Carlos Fuentes).

A partir  de una visita suya a nuestro país en diciembre de 2014 y una estancia durante El 2015 en la capital cubana por motivos de trabajo, surge su libro Teoría y práctica de La Habana (Jus Ediciones, 2017), un título que ha dado mucho que hablar en diversos medios internacionales y en el que de un modo u otro, rondan los vivificantes influjos del quehacer de Guillermo Cabrera Infante y Severo Sarduy.

Seguún el autor, con esta obra pretende rendir homenaje al lenguaje callejero que se utiliza en La Habana y en el que prevalece la chispa y el ingenio de los hablantes. Dedicado al premio nacional de literatura Antón Arrufat, de algún modo el libro también es un tributo al Antón que ha vivido las sucesivas transformaciones de La Habana desde el decenio de los cincuenta hasta nuestros días.

Para los lectores de Miradas Desde Adentro, reproducimos un fragmento de Teoría y práctica de La Habana, con la intención de que se animen a buscar el libro y, como diría Taladrí,  saquen sus propias conclusiones.

… esa noche llegué al Siákara con Antón, y nos sentamos y comentamos lo bonito que se veía el mesero esa noche, con su caderita y con sus bíceps, y luego hablamos de Sergio Pitol y de cómo perdió el habla por una enfermedad neurológica hasta que un día en La Habana se le apareció un macho espectacular y de repente dijo: “Fo… fo… fo… formidable”, y todos sus amigos se volvieron locos de alegría y dijeron: “Ahora Sergio tiene que llevarse a ese muchacho a Xalapa porque sólo así va a poder hablar”, y en eso estábamos, o quizá ya habíamos pasado a otro tema, cuando de la nada se aparece, frente a nosotros, a dos centímetros de nuestra mesa, un dios griego o un vikingo o un modelo de Calvin Klein o todo eso al mismo tiempo: un rubiecito veinteañero sin un gramo de grasa en el cuerpo y con unos musculitos divinos por todas partes, y Antón lo miró y yo lo miré y pensé: “Es uno de los hombres más bellos que he visto en mi vida. —Pero luego me dije—: Calma, calma, que no te baje Changó o Elegguá”, y me calmé y le dije a Antón: “Lo malo de estos muchachos alemanes es que son muy fríos y no saben usar esos cuerpos maravillosos que tienen, lo cual es un gran desperdicio”.

En eso el rubiecito se acercó a nuestra mesa y preguntó si podía sentarse con nosotros, y yo: “Por supuesto, bienvenido, por favor”. Venía con una mulata que yo ni vi y que se llamaba Maya o Mayté o Mayta o algo así, y se sentaron, pero al segundo vino la mesera con cara de Seguridad del Estado y les dijo que no, que no podían sentarse allí porque los señores, indicándonos a nosotros, habían reservado y yo le dije que los dejara, que nosotros felices de compartir mesa, y ella que no y yo que sí, hasta que el rubiecito y su mulata se levantaron y se fueron.

Yo también me levanté y fui a hablar con Mateo y le dije: “Esto es un escándalo, estamos en un país socialista y aquí hay que compartir, hay que ser solidarios, hay que resistir las presiones del mercado y del garrotero internacional, y nosotros felices de apoyar y ayudar y compartir mesa con esos compañeros que no tienen dónde sentarse”, y él dijo: “Bueno”, y fue a hablar con el rubiecito y con su mulata que vinieron a sentarse a nuestra mesa y él se sentó frente a mí y Maya o Mayté quedó al lado de Antón, y yo le pregunté que de dónde era y me dijo que suizo y yo: “¿Schwitzer Dutch?” y él que sí, que de Zürich, y en eso le señalé a Antón y le dije: “Einer der berühmtesten Schriftsteller in Kuba”, y Antón nos miraba y el suizo contó que estudiaba derecho y que quiso venir a Cuba porque Fidel Castro también había estudiado derecho y se defendió a sí mismo en el juicio que le hicieron, y yo le traducía a Antón que sólo dijo: “¿Abogado? ¿Abogado del diablo?”.

Él me miraba muy serio, como sólo pueden ser serios los alemanes y los suizos, y me preguntaba que porqué en Cuba la cultura tenía tanta relación con la homosexualidad.

El suizo se viró a hablar con la mulata y yo le dije a Antón: “Qué país el tuyo: está uno cenando tranquilamente y de repente le cae a uno un efebo del cielo”, y la mulata me miró y luego le dijo a Antón, con un acento raro, medio castizo, con las eses como “eshes”, dijo: “Eshte me quiere robar el novio”, y Antón: “Pero chica, ¿de dónde sacas tú semejante idea?”, y la mulata, muy seria, decía que ella era chef y que había trabajado en Per Se en Nueva York (decía “Per She”), pero yo dejé de escucharla y seguía hablando con Dimi, que así se llamaba, y le contaba de Cuba y de Antón, y él me hacía preguntas, y en eso llegó Mateo con los mojitos y me miró y dijo: “Touche pas, Rubén; touche pas”, y en eso me di cuenta de que le había estado acariciando el brazo al suizo, ese brazo musculoso y rubio que tenía sobre la mesa y pensé, mientras sorbía mi mojito, “Estos dedos míos son como las antenas de un caracol, que se extienden y alcanzan a tientas, guiadas por un instinto animal”.

En eso llegó Arturo y se sentó entre Antón y la mulata, y le presenté a Dimi y dije: “Ein sehr berühmter Regisseur”, y luego seguí hablando con Dimi de Cuba, y él me miraba muy serio, como sólo pueden ser serios los alemanes y los suizos, y me preguntaba que porqué en Cuba la cultura tenía tanta relación con la homosexualidad, y decía Kultur y Homosexualität, y yo le dije que no sabía, que tendríamos que preguntarle a Antón, que seguía hablando con la mulata-chef, y Dimi le preguntó y Antón respondió: “Qué se yo, chico”, así que le traduje a Dimi: “Keine Ahnung”, y seguía dándole sorbitos a mi mojito y pensé que tenía el alemán medio oxidado pero que esa noche me fluía hasta por los codos.

“Was soll Ich lesen?”, me preguntó Dimi, y sacó su teléfono para apuntar las lecturas que iba a recomendarle y anotó toda una lista de formación o de deformación homoerótica, Arenas y Sarduy, y Virgilio Piñera, y por supuesto Antón, y le dije: “Mira, apunta el título de un libro de Antón que se llama Entre él y yo”, y me dijo: “Eso sí lo entiendo en español”, y entonces repitió, con su acento alemán: “Entgre él —y me señaló con el dedo y luego se tocó el pecho y añadió—: y yo”, pero la mulata lo interrumpió y dijo: “No, no: entre él y yo”, tocando a Dimi y luego tocándose los pechos, y yo le dije a Antón: “Mira cómo se pelean por entrar en tu título”.

Con una Habana como esta quién quería irse a Suiza.

Y seguimos hablando y Dimi apuntando cosas, y yo le daba la lista de todos los escritores y poetas y él apuntaba y decía: “Ach so, auch homosexual”, y yo: “Sí, así mismo”, y en eso llegó el pianista y se puso a tocar Dos gardenias, y yo quise sacar a bailar a Arturo, pero no quiso, y luego a Antón, que tampoco, y dije: “Voy a escribir un poema que se llame ‘La noche en que no bailé con Antón Arrufat’”, y al suizo no me atreví a invitarlo, así que saqué a la mulata pero bailaba mal, y yo peor, pero le dije: “Lo importante es divertirse”, y ella dijo: “Esho creo yo también”.

Luego me senté y pedimos más mojitos, y le decía a Dimi que tenía que ir a Oriente, que tenía que ver lo que era el campo en Cuba, y él todo lo apuntaba en su teléfono, y me dijo: “Creo que te gustaría Suiza, deberías venir”, y yo no me atreví a decirle que con una Habana como esta quién quería irse a Suiza, y tampoco me atreví a citarle a Mark Twain, que dijo: “Quinientos años de paz, neutralidad y democracia y lo único le han dado al mundo es el reloj cucú”, pero me dio ternura su invitación y se la agradecí.

Antón había dejado de hablar con la mulata y volví a decirle: “Pero qué país el tuyo en donde le cae a uno un efebo del cielo —y la mulata me lanzó una mirada fulminante y yo rectifiqué—: bueno, un efebo con su jeva”, y Antón preguntó: “¿Los efebos también tienen jeva?”.

“No, a Góngora no, mejor pon a Lezama”, y Antón dijo: “¿Tú lo vas a poner a leer a Lezama?”, y la mulata decía: “¿Leshama?”

Se hacía tarde y Mateo llegó con los chupitos de ron Santiago, y yo dije que me iba de viaje al otro día y Dimi dijo: “Qué pena”, y yo: “Pero Antón se queda, ¿por qué no vas a su casa a que te dé clases de español?”, y Antón: “No chico, yo no doy clases de español”, y yo “Bueno, entonces dale clases de gongorismos”, y Arturo, que hasta entonces había observado todo muy calladito dijo: “Mejor de gargarismos, e hizo un gesto como llevándose el puño a la boca”, y la mulata no decía nada, y Dimi preguntó: “Was ist ein Gongorismus”, y yo: “Niño, pues eso es muy fácil, mira, vamos a improvisar gongorismos, mira, por ejemplo, ‘Monte de Venus no: pico Turquino que con el Pirineo rivaliza, bajo el signo del sátiro, nieve no: leche’”, y la mulata preguntaba: “¿Venus?” y Dimi dijo: “Das hab’ Ich überhaupt nicht verstanden”, y yo: “Por eso necesitas que Antón te dé clases de gongorismos”, y Arturo: “De gargarismos”, y Dimi preguntó: “¿Lo pongo en mi lista de lecturas?”, y yo: “No, a Góngora no, mejor pon a Lezama”, y Antón dijo: “¿Tú lo vas a poner a leer a Lezama?”, y la mulata decía: “¿Leshama?”, y yo: “Bueno, basta con que lea el capítulo ocho de Paradiso” y Dimi: “Wie schreibt man Lezama?” y yo: “Si Lezama estuviera aquí no diría ‘pásame el aceite’, diría: ‘pásame esa miel no dulce, noble fruto de árboles milenarios del Hélade, no filtrado, pues al filtrar pierde su potencia odorífera, que sirve también para preparar los lúbricos juegos panhelénicos’” y Antón: “Mejor volvamos a los gongorismos, que te salían mejor”.

Y nos terminamos los chupitos y era hora de irse, y Dimi sacó su teléfono y dijo: “Me quedé con muchas preguntas, con muchas preguntas sobre Kultur y Homosexualität, ¿te puedo escribir?”, y yo: “Claro, yo te respondo encantado y si quieres hasta te llevo a hacer una práctica”, y Dimi: “¿Ein Praxis?”, y la mulata lo abrazó y dijo: “Vámonos porque es nuestra última noche juntos”, y yo: “Vengan a Las Vegas”, y Antón: “Dios mío”, y Dimi: “Was ist Las Vegas?”, y la mulata que no, que es nuestra última noche juntos, y entonces Dimi me dijo: “Aprendí mucho, gracias”, y me abrazó y yo le dije: “Y lo que falta”, y salimos todos a la calle Barcelona y en eso salió al balcón una de las vecinas y lanzó un cubo de agua a la calle que por poco nos deja empapados, y Antón dijo: “Empapados no: enchumbados, habla bien”, y Dimi y la Mulata se subieron a un coche de renta y arrancaron y se fueron, y Arturo y yo acompañamos a Antón hasta Prado y de ahí seguimos a Las Vegas, y me acordé de las enchiladas suizas que sirven en los Sanborns de México y sentí un antojo tan grande, pero tan grande, que no cabía en todo el Malecón de La Habana.

De aquí y de allá

De aquí y de allá

A continuación se ofrecen informaciones acerca de un homenaje de la trompetista holandesa Maité Hontelé a la música cubana, del concurso de composición Harold Gramatges, de la entrada de Leonardo Padura a la Academia Cubana de la Lengua y de un reciente concierto en España de los pianistas Chucho Valdés y Mine Kawakami.

Homenaje de trompetista holandesa a la música cubana

La trompetista holandesa Maité Hontelé (38 años) presentó en todas las plataformas digitales su disco Cuba Linda, un homenaje a la música de la Isla, que describe como “la cuna” de los ritmos tropicales.

“Cuba es la cuna, ahí empezó todo, porque a partir del son cubano se desarrolló la salsa. La música de Cuba tiene un estilo que me gusta mucho, está muy basada en la melodía y la trompeta cumple un rol muy importante tanto para tocar melodías como para improvisar sobre los ritmos cubanos”, ha destacado Maité Hontelé a un  medio de prensa  colombiano.

La instrumentista holandesa ha expresado que la Isla se volvió una inspiración muy fuerte para ella desde pequeña, y recuerda con afecto a grandes intérpretes cubanos como los trompetistas Alfredo “Chocolate” Armenteros y  Félix Chappottín.

“Ellos tuvieron un sonido muy propio y tenían un enfoque definido hacia el ritmo y la melodía. Eso siempre ha sido lo más importante en mi manera de interpretar la trompeta y empecé desde jovencita a copiar esos estilos”, ha declarado.

En el disco que ahora presenta, el quinto de su carrera, cuenta con la participación de varios músicos cubanos, entre ellos los cantantes Robertón e  Isaac Delgado, el bajista Alain Pérez  y la Orquesta Aragón, entre otros.

También ha contado con la participación del vocalista puertorriqueño  Gilberto Santa Rosa y del dominicano Vicente García.

A propósito de la canción que da título al disco, ha dicho: “Es el tema que me ha perseguido durante toda mi vida. Es bellísimo, tiene mucha energía y la trompeta tiene un rol importante”.

“Yo quería cerrar un ciclo musical con ese tema porque representa mucho para mí: esa Cuba linda que me ha dado tanto, que nos ha inspirado tanto. Quería hacerle un homenaje”, concluyó.

Leonardo Padura en la Academia Cubana de la Lengua

El escritor Leonardo Padura fue recibido el pasado lunes 26 de noviembre como miembro de número de la Academia Cubana de la Lengua en un acto celebrado en el Aula Magna del Colegio Universitario de San Gerónimo de La Habana (Mercaderes, entre Obispo y O’Relly).

Premio Nacional de Literatura en 2012, Princesa de Asturias de las Letras en 2015 y Premio Internacional de Novela Histórica Barcino en 2018,

Leonardo Padura ocupa ahora un sillón que estaba vacante, con una letra mayúscula.

En el acto, el escritor dio un discurso titulado: «¿Para qué se escribe una novela?», que fue respondido por la académica de número Margarita Mateo Palmer.

Concurso de Composición Harold Gramatges 2018

Música de Cámara

Características:

. Concursarán obras para cuarteto de cuerdas.

. Las obras serán inéditas y no deben haber sido estrenadas ni premiadas en otros concursos.

. Su duración no debe ser menor de 5 ni mayor de 8 minutos. Se podrán contemplar ciclos de   breves piezas para los formatos en competencia (dúo de violines, trío de dos violines y viola y cuarteto de cuerdas).

Participación:

Podrán participar compositores cubanos y extranjeros residentes en Cuba, sin límite de edad con excepción de los ganadores del Primer Premio en las últimas tres ediciones.

Premios:

Primero:   5 000.00 pesos y diploma

Segundo: 3 000.00 pesos y diploma

Tercero:   2 000.00 pesos y diploma

Se otorgarán tantas menciones como considere el jurado.

La Asociación de Músicos de la UNEAC se compromete con el estreno y grabación de la obra galardonada, en coordinación con el Laboratorio Nacional de Música Electroacústica.

Calendario:

El plazo de admisión vence el viernes 16 de noviembre de 2018.

El premio y las menciones serán dados a conocer el domingo 9 de diciembre de 2018, a las 11.00 a.m. en la Sala Ignacio Cervantes.

Información general

La inscripción se realizará en la sede de la Asociación de Músicos de la UNEAC o en sus comités provinciales abonándose una cuota de 25.00 pesos MN.

·         Las partituras serán recibidas en sobre cerrado identificado con un lema o seudónimo. Puede presentarse, además, una muestra “midi”.

·         Cada concursante entregará un sobre cerrado identificado con el mismo lema o seudónimo, que incluya su nombre completo, dirección particular, carné de identidad, teléfono, correo y breve currículo.

·         Cada aspirante podrá presentar hasta dos obras identificadas con diferentes seudónimos.

·         El jurado tendrá la facultad de recomendar obras para ser estrenadas y grabadas.

·         El fallo es inapelable y el jurado se reserva el derecho de declarar el premio desierto.

Chucho Valdés y Mine Kawakami nuevamente juntos

Vía la agencia  EFE, nos llega la noticia de que  el «desinhibido» jazz afrocubano de nuestro Chucho Valdés y la «sensibilidad oriental» de la japonesa Mine Kawakami se mezclaron el pasado 1 de diciembre en el Teatro Real de la capital española, donde se presentó el concierto a dos pianos «De La Habana a Kioto, con parada en Madrid».

Ambos pianistas, que se conocieron en 2004 cuando tocaron juntos en el Teatro Amadeo Roldán de La Habana, se encontraron sobre el escenario para ofrecer un concierto «innovador» en el que interpretaron los mismos temas pero en diferentes estilos, en una función auspiciada por el Grupo Concertante Talía.

Kawakami y Valdés interpretaron en el concierto composiciones propias y obras como el Preludio de Bach.

España, donde ambos artistas residen por temporadas, ha sido el país escogido para presentar su segundo concierto en conjunto. «España siempre ha sido especial para todos los cubanos, mis raíces son españolas, y yo amo este país», ha indicado Valdés.

El concierto sirvió para mostrar la sensibilidad oriental de la pianista nipona Kawakami y el jazz afrocubano y «desinhibido» de Valdés, ganador de 10 Grammy.

«Para mí, Mine en este momento es una gran artista, una tremenda compositora y una gran pianista con muchas cualidades, y ya lo ha demostrado. Ahora tocar con ella en el concierto es un honor», ha explicado el hijo del mítico pianista Bebo Valdés.

Poemas de Juan Carlos Valls

Poemas de Juan Carlos Valls

Nacido en la localidad habanera de Güines en 1965, es este uno de los poetas más importantes de su generación, gracias a libros suyos como Los animales del corazónLos días de la pérdida,Conversaciones con la gloriaLa soberanía del deseo y La ventana doméstica.

THE POET DOG

por su vida de perro

el poeta convierte en soles los días verdaderos.

es un sitio donde desfilan caras conocidas

la perra madre con su hueso de hombre

la raíz solitaria que alimenta

los círculos concéntricos

y su canción

ese aguanilebongó triste

tartamudeado en su memoria.

el oro no vive en sus colores

y quien lo mira piensa:

es un regalo del cielo su miseria.

sabe que no es ladrar su mejor suerte

y es que en verdad ni canta.

lo que nos manipula

es que escupe a la cara con dulzor.

LOS MUCHACHOS DE ORO

en la ciudad de nadie

dos jóvenes dibujan la belleza

dos muchachos de oro imaginan el rumbo de las cosas.

la belleza es un duelo para ellos

una farsa en el aire

y aún así son fuertes impredecibles mansos.

los muchachos de oro

siembran en mí un silencio inacabado

un silencio de rosas

en el que veo nacer una grave columna

negándose a aguantar el falso techo falso.

veo morir sus flores

veo subir de nuevo a sus cabezas algo

es otro joven de oro

o es la ambigua humedad la que queda esperando

que no sea posible ese regreso frío

esa mueca de asco

esa orgía tan alta por la que estoy llorando.

los muchachos se alejan y mientras pasan paso

son manzanas podridas son almendras que parto

son margaritas secas que por amar rechazo

será que soy tan viejo

y encuentro mal su ramo de rosas mal cortadas

o es que están desgajando mi corazón de esmalte

ridículo y cansado.

en la ciudad de nadie casi me voy quedando

y aunque me duela vivo

aunque padezca me alzo

los muchachos de oro son perlas en mi espacio

son pájaros que admiro son ostras donde nazco

y aunque parezca torpe aunque parezca extraño

cortaría por ellos mi cabeza y mi mano

mis libros mi rareza

mi corazón que es algo.

DE LA SINCERIDAD

siempre supe que la sinceridad no era una flor

para llevar hermosamente en el pecho

sin embargo

envidiaba la amargura de esta noche sábado

en la que mancho el cuerpo

en la que soy la rosa negra de la ciudad

que hospeda y sobrecoge mis veintisiete años.

cambiaba jazmines por noches como esas

afilaba mis brazos para atrapar

la corrupción soberbia del verano

pero he ahí que nunca fui dichoso

nunca el joven hermoso de los hermosos jóvenes

más bien cerré mi puerta

para evitar el hambre con que colmé mis sueños

y con que defendía esos años difíciles

que luego vi morir en noches como estas

en las que ser sincero puede costar

las tardes del olvido.

ofrecía jazmines

pero a cambio encontré casas vacías

hombres vacíos que buscaban en mí

una pequeña muerte diaria y repentina

en la que recostar sus sueños a mis sueños

hombría contra sexo delirante.

siempre supe que la sinceridad no regiría mi destino

sin embargo reconozco a mi madre

clavando flores muertas en mis senos

destrozando las cartas con las que me decía

palabras duras y exactas para el vicio

pero el hombre que soy

tiene miedo de su verdad difícil

y la extrañeza de no saber qué pájaro soltar

que canción para ensanchar su olvido

también está otro hombre

y descubro en vano que es hermoso

yo que casi me pierdo jugando a serle fiel

yo que hice estos versos

después de abrir mi rosa casi cielo

estoy perdido

sigo ahogando jazmines sin conmover a nadie.

el torpe

la rosa estrafalaria del verano

sigue buscando a alguien para el sueño

sigue estando en hoteles en pueblos en países

y la sinceridad sigue siendo aquel diálogo

con el que perseguir amores que terminan

como simples jazmines en el pecho.

UNA DULZURA IMPLÍCITA

hay una dulzura implícita

en el hombre que pasea a su perro

son idénticos modos de pernoctar

en los recovecos de la memoria

en mis cuatro caminos

y en mi sola cabeza trunca de soledad.

a quién le importa

mi luna llena y metafórica

el vicio de animal

el sueño de animal

la vieja herida injusta y necesaria

para que yo aprendiera que un perro es una mancha

hasta en el corazón de un niño.

eso soy

un perro desde el hocico tibio

hasta mi rabia peligrosa.

son días de no sentir

el manotazo de una palabra

de no despertar en medio de la noche

con el graznido metafísico de un pájaro

de no padecer el amor

como ordenan las escrituras.

creí tener tiempo para limpiar

lo que ensucia la memoria

pero el agua desterró la espuma de mi boca

y a cambio de la continuidad

le dio a mis manos un olor seco

y un chirrido mecánico

mis manos

único sitio que desconozco

la única herramienta

que se convierte en osamenta de la noche.

hay una dulzura implícita

en el hombre que pasea a su perro.

quién lleva a quien.

quién escribe.

quién ladra.

De aquí y de allá

De aquí y de allá

A continuación se compilan informaciones sobre el novelista Marcial Gala, el teatrista Reinaldo Montero y la agrupación Yissy García & Bandancha.

Premio Ñ-Ciudad de Buenos Aires para el escritor Marcial Gala

El escritor cubano Marcial Gala recibió el Premio Ñ-Ciudad de Buenos Aires, el segundo galardón entregado en la ceremonia de premiación del Clarín Novela, en Argentina.

La obra ganadora escrita por Gala se titula Intensos compromisos con la naday está protagonizada por un joven homosexual que sufre escarnios y abusos, precisó un reporte de la publicación argentina.

Según se conoció, el relato se desarrolla alternando dos espacios diferentes y dos tiempos en la vida del joven Raúl Iriarte.

El narrador es el mismo Raúl, que ha muerto en África, y desde la nada cuenta incluso lo que no ha vivido.

Las anticipaciones y retrospecciones de Raúl Iriarte «están reforzadas por un rasgo de personalidad: tiene visiones del pasado y del porvenir, y es por eso, por su fascinación con la cultura clásica y su identificación con el género femenino, que si pudiera elegir su nombre querría que lo llamaran Casandra».

Marcial Gala nació en La Habana en 1965. Además de narrador, poeta y arquitecto, es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y una de las voces más reconocidas de la nueva literatura cubana.

su primer libro de cuentos, Enemigo de los ángeles, se publicó en 1995. Es también autor de dos poemarios, Moneda de a centavo y Un extraño pájaro de ala azul. Otras novelas suyas son Sentada en su verde limón (2004), sobre el llamado «período especial», y La catedral de los negros, una historia coral y fragmentaria que recibió los premios Alejo Carpentier y de la Crítica a la mejor ficción publicada en Cuba en 2012.

Cambios en la propuesta de Yissy García & Bandancha

La baterista Yissy García y su agrupación Bandancha estrenarán nueva música y formato, con el lanzamiento del single «Arroz con mango». El grupo, que ha sido una de las 30 bandas escogidas para showcase oficial en el mercado de la música Circulart, con sede en Medellín, pondrá a disposición del público asistente al evento, este y otros nuevos temas que conformarán su próximo EP.

«Arroz con mango» se mueve entre los aires del sonido funkero y al propio tiempo  cercano a la tradición musical cubana. La pieza también funciona como carta de presentación para la actual etapa de la agrupación, que en esta temporada cambia el DJ por la percusión, ahora a cargo de la joven y talentosa Mary Paz, ya conocida en la escena de Música Cubana Alternativa por su trabajo en Interactivo, el ensamble encabezado por el pianista Roberto Carcassés.

La asistencia de Yissy García & Bandancha a Circulart ha sido posible gracias apoyo prestado por el fondo de Ibermúsicas, con el concurso de instituciones aliadas como el Ministerio de Cultura de Cuba y el Instituto Cubano de la Música.

«Arroz con mango» estará disponible en Spotify, iTunes, Google Play Music, Deezer, y el resto de las principales plataformas digitales de música a través de la distribuidora Ditto Music.

En estos momentos integran la agrupación Bandancha Yissy García (batería), Miguel Ángel García (teclados), Julio César González (bajo), Julio Rigal (trompeta) y Mary Paz (percusión)

Sobre Yissy García

Compositora y baterista, es una perfecta representación de la nueva generación de artistas cubanos. Está considerada como una de las músicos mas dinámicas e innovadoras de Cuba, con un estilo que desafía género y tradición con cada golpe. En pocos años se ha convertido en una figura icónica de la percusión femenina, lo que la ha llevado a tocar con estrellas como Dave Matthews y Esperanza Spalding, y a ser denominada como “la versión cubana de Terri Lyne Carrington” por la revista especializada Tom Tom Magazine.

Desde el 2012, Yissy García lidera Bandancha, un quinteto que sigue las rutas del latin jazz, el funk, y la música electrónica. Su álbum debut, Última Noticia (2015) emergió en la escena musical de la Isla como uno de los referentes del sonido más contemporáneo. Yissy también forma parte del line up de Maqueque junto a la saxofonista canadiense Jane Bunnett. La primera producción discográfica de este colectivo, Jane Bunnett and Maqueque, mereció en el 2015 el Premio Juno al Mejor Álbum de Jazz, y su segundo fonograma, Oddara, recibió en el 2017 una nominación como Mejor Álbum de Jazz en los Premios Grammy.

Premiado en España Reinaldo Montero

El cubano Reinaldo Montero (1952) ganó el Premio SGAE (Sociedad General de Autores de España) de Teatro «Jardiel Poncela» 2018, dotado con 8.000 euros (9.071 dolares), con la obra El sueño del amor produce monstruos, inspirada en el grabado Capricho número 43 del pintor español Francisco de Goya, según reporte de la agencia EFE.

De naturaleza coral, la pieza teatral cuenta cómo las vicisitudes de los personajes son causadas por la ausencia del amor, no de la razón, informó la Fundación española SGAE en un comunicado dirigido a la prensa.

Reinaldo Montero, quien es  filólogo, novelista, dramaturgo y guionista, explica en la nota que se siente «muy afortunado» por recibir este galardón considerado, dice, «uno de los referentes más estables y prestigiosos en el panorama de la dramaturgia contemporánea de esta parte del mundo».

La obra, dividida en once escenas, se incluirá en el Ciclo SGAE de Lecturas Dramatizadas y se publicará en la Colección Teatroautor, que edita la fundación.

En la actualidad, el premiado trabaja en la novela El viaje circular, que publicará a finales de año, y en teatro estrenará dos nuevas obras para la agrupación de actores Compañía del Cuartel.

El jurado del Premio SGAE de Teatro, al que concurrieron 165 originales, estuvo presidido por José Ramón Fernández y compuesto por Carmen Losa, Anna Fité, Roberto Martín Maiztegui, Nieves Rodríguez Rodríguez, Salva Bolta, Jordi Purtí y Belén Pichel.

Poemas del holguinero Delfín Prats

Poemas del holguinero Delfín Prats

Reproducimos aquí varios poemas del libro Lenguaje de mudos, célebre obra de Delfín Prats que fuese Premio David en 1968.

Humanidad

Hay un lugar llamado humanidad

un bosque húmedo después de la tormenta

donde abandona el sol los ruidosos colores del combate

una fuente un arroyo una mañana abierta desde el pueblo

que va al campo montada en un borrico

hay un amor distinto un rostro que nos mira de cerca

pregunta por la época nueva de la siembra

e inventa una estación distinta para el canto

una necesidad de hacer todas las cosas nuevamente

hasta las más sencillas

lavarse en las mañanas mecer al niño cuando llora

o clavetear la caja del abuelo

sonreír cuando alguien nos pregunta

el porqué de la pobreza del verano y sin hablar

marchar al bosque por leña para avivar el fuego

hay un lugar sereno un recobrado y dulce lugar llamado

humanidad

 

Sitio predilecto

En este sitio hemos estado creciendo

al amparo amigo de las bestias

hicimos el amor entre sus hembras

mamamos de sus ubres la leche de los caracoles

y los ritos

en el río gajos blancos

se clavan en la tierra: cuerpos niños

y risas insolentemente desnudas

mi hermano burlándose de las negritas

pidiéndoles el bollo

aquellos años revueltos como la charca

de los cochinos

“he hecho mi fusil

con una penca que arranqué de la mata de coco

un brazalete con un trapo rojo

de mamá que había detrás del armario

mañana me voy con los rebeldes”

las mujeres ríen y giran

envueltas en un sopor de alcanfores

y círculos concéntricos de leche

yo me he sentado sobre la cabeza de mi hermano

las mujeres visten sus trajes verdes

y a ti te gustan los muslos rubios de mi tía

se van en una carreta roja que cruje

y ya cruzan el puente que haces

del arco de tu cuerpo sobre el río

cuando les digo adiós son humo

reparten chocolate y galletitas de sal

los muertos me visitan esta tarde

 

Saldo

Entren amigos tomen asiento entre mis pertenencias

las que no me pertenecen más que a ustedes

sus melenas copiosas no tengo nada que brindarles

como en otro tiempo leche pan viejo o alguna que otra

tibia palabra que roer como ven

las cosas han cambiado mucho

ustedes están muertos hace unos cuantos calendarios

yo tuve un poco más digamos de destreza

con las enfermedades de los primeros años

pero créanme no es ninguna ventaja

estar aún del lado de los vivos

gozando de sus escasos privilegios

(estar de nuevo con ustedes

en el portal imaginario de la casa donde convivíamos

donde aún aguardamos el café de cada tarde

no sin cierta amargura reciente y viva como un muerto)

viejos amigos cómo lamento esta falta de todo que ofrecerles

mi ignorancia y un poco de impotencia

por las cosas que ocurren por ahí (se ha hablado

mucho de la guerra del genocidio y de cierta probabilidad

de exterminio parcial o total de la especie humana) pero hablen

cómo les va sin nadie cómo les va en la nada

sin tener que pulirla para ligar un hueso

cuando ya no hace falta romper la noche

con un tremendo aullido

Discurso entre dedos

Siempre nosotros apresurados vistiéndonos a tientas

acariciando nuestra piel adentrándonos en nuestra verdad

afeitándonos comiendo calculando las fechas

la cercanía del año nuevo

un posible viaje a Varadero con los amigos

atemorizados frente al espejo vacío

ante la posibilidad de que alguien nos sorprenda

(deseando dolorosamente que alguien nos sorprenda)

en esta batalla sin tregua contra la adolescencia que nos abandona

(cómplices también de los adolescentes

apañadores a toda prueba de sus intenciones más subversivas

en la clandestinidad evidente de sus melenas

—dejando crecer también nuestros cabellos—

amigos hasta la saciedad de sus señas de sus discursos entre dedos

mirándonos en el azul sin condición de sus camisas

en la presencia de sus collares de santajuana

y de sus amuletos de madera pulimentada y cáscara de coco

identificándonos con ellos) dejamos escapar nuestros discursos

nuestras interminables sentencias que no repetirán

parapetados tras el único lenguaje posible

la elocuencia aprendida de los gestos

la frustración a simple vista de sus maneras y sus posturas importadas

lenguaje de mudos que no les pertenece

siempre nosotros tomando el ómnibus atravesando la ciudad y el miedo

atravesando la ciudad y el miedo nuestros pulmones llenos de nicotina

frotando con cera nuestro rostro

como si no fuera posible demorarse un poco más en el baño

continuar la lectura del libro que interrumpimos anoche

escribir a la madre

intentar la restauración de las relaciones con los viejos amigos

sólo nosotros apeándonos en la misma parada de siempre

volviendo el rostro para cerciorarnos de que nadie nos sigue

—siempre volviendo el rostro— presas del temor de echar a andar

marchamos libres bajo la noche de flancos impenetrables

de manos arañadas

sintiendo esa mitad de todas las cosas apretarse contra nuestra piel

esa dura porción de ti mismo que adviertes en los otros

la desesperación la soledad como una espada

resplandeciente en medio de los ojos

para ser el saludo que nos reconforta

la canción que asciende inadvertidamente hasta los labios: el semejante

Palabras harto conocidas

Pon el amor a compartir tu casa

siéntalo a tu mesa “que coma que beba

que hable de cuanta cosa se le ocurra”

ofrécele tus ropas tus planes inmediatos

prométele consejos almuerzos

artículos sobre el tercer mundo

pero el amor rehúsa tus ofertas

mueve negativamente la cabeza

se tapa los oídos los ojos

no manifiesta el menor interés por tus asuntos

el tiempo de disparo de un relay no le preocupa

las cápsulas trasmisoras receptoras el polvo de carbón

los electroimanes

no lograrían entusiasmarlo

la espeleología los clásicos los problemas del

estructuralismo

y la cibernética

no figuran entre sus planes

la manipulación de frecuencia no ocupa lugar en sus

meditaciones

pero si tienes una camisa azul

si tienes un caracol donde se escucha el mar

con peces ciegos grabados con aves de colores

revoloteando

bajo el cielo

si tienes el mapa de una isla

un tatuaje en el pecho

cualquier leyenda que conozcas

si notas que te llaman

si grupos de muchachos

desde los malecones

o desde los muros de los grandes edificios

te llaman con amplias señas en la tarde

no temas

acude a su llamada

sal a la calle

confúndete entre los que pasen

trafica con sonrisas con signos con saludos

di tu amor a las gentes a los afiches en los cines

llégate por las ferias por las exposiciones

por las improvisadas orquestas de música moderna

comparte el baile de los adolescentes

intenta con las chicas

tómales las manos la cintura la nuca

que te enseñen los bailes

pero si tienes la certeza

de que la realidad es mucho más intolerable más absurda

si tienes un aullido entre los dientes

un grito a medio pecho

si te persiguen

si constantemente te asedian

si a cada paso te exigen credenciales

si apalean tus canciones delante de tus ojos

si escupen sobre las canciones de tu adolescencia

si te han puesto un hierro duro sobre el corazón

ofrécelo al amor

ofrécele también algunas cosas simples

cigarros

jaiboles

dos maracas

una gran rosa de papel

dale a leer las cartas de tu madre

pero no pierdas tiempo

porque el amor ya se ha vestido

se alisa los cabellos

porque el amor se ha puesto los zapatos

y echa una ojeada entre tus cosas

y da unos pasos todavía

sin avanzar hacia la puerta

sin abrirla

antes de que se cierre pesadamente a tus espaldas

y te sorprendas en la calle

a solas.

De aquí y de allá

De aquí y de allá

A continuación se compilan informaciones sobre homenaje de Nelson Domínguez a Alicia Alonso, la entrega de los premios Post-it 2018, el inicio de las celebraciones por los 60 años de vida artística de  la soprano María Eugenia Barrios y la edición del libro Un escritor en el frente republicano.

Tributo de pintor Nelson Domínguez a la prima ballerina assoluta Alicia Alonso

El artista Nelson Domínguez tiene en circulación Una exposición construida con una estructura similar a la de un ballet, para rendir homenaje a la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, en el contexto de los homenajes por el . 70 aniversario de la fundación del Ballet Nacional de Cuba (BNC).

La exposición denominada «Mi amiga Alicia» seguirá una estructura de cuatro actos, precedidos por un prólogo, para armar una historia que el espectador debe ir descubriendo a medida que se interna en la sala.

Este conjunto creado por el artista de la plástica Nelson Domínguez, celebra el 70 aniversario de la fundación del Ballet Nacional de Cuba (BNC).

En palabras de la curadora Gabriela Hernández, lo polifacético en la obra de Domínguez se hace evidente en esta muestra, que reúne diferentes manifestaciones como el dibujo, la pintura, el grabado, la escultura, el diseño de mobiliario, e incluso la escritura.

Las obras de Nelson Domínguez pueden encontrarse en colecciones privadas de personalidades como la reina de Holanda, Steven Spielberg, Robert Redford, Liv Ullmann, entre otros, y en sitios de Cuba, Japón, México, Francia, Estados Unidos, Inglaterra, Holanda, India, Malasia, Panamá, Brasil, y Colom

Post-it concede  sus premios 2018.

Llega a su fin la quinta edición de Post-it, un espacio expositivo instaurado por la Galería Galiano en el año 2013 para dar cabida a parte importante del arte joven en la Isla. El concurso, que este año contó con la presentación de 119 artistas, finalmente quedó compuesto por un total de 25 creadores, a partir de los cuales se originó una muestra diversa e integrada por las más disímiles manifestaciones, técnicas y soportes artísticos.

Presidido en esta ocasión por Lesbia Vent Dumois, artista visual y presidenta de la Sección de Artes Plásticas de la Unión de Artistas y Escritores de Cuba (Uneac), el jurado estuvo  también integrado por Nahela Hechavarría, curadora e investigadora de Casa de las Américas; José Ángel Vincench, artista visual; Octavio Irving Hernández, artista visual y profesor de la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro; Miriam Pérez Casanellas, galerista; y Elisa María López Rodríguez y Sandra García Herrera, especialistas de la Galería Galiano.

En el evento resultó galardonado con el Primer Premio Leonardo Luis Roque (Cienfuegos, 1986), por la obra 30 de junio de 1962, de la serie Pintura Política (2018); El Segundo Premio fue a dar a las manos de  Alfredo Sarabia Fajardo (La Habana, 1986), por la obra Imagen en proceso (2015), mientras que  el Tercer Premio, Dayana Trigo Ramos (La Habana, 1990), recibió el galardón por la obra Entre una zona deshabitada y otra (2014- 2018). A ellos se añaden las menciones de Flavia Fuente Delgado, por la obra Uví (2017); Alberto A. Rodríguez, por Memoria descriptiva (2018) y Danco R. Duportai García, por Tartamudeando (2018). Toda una selección sustentada en la coherencia, la puesta en escena y los valores estéticos y conceptuales de cada creación elegida.

Comienza soprano María Eugenia Barrios celebraciones por sus 60 años de vida artística

La soprano María Eugenia Barrios ya ha empezado las celebraciones por sus 60 años de vida artística en 2019.

Identificada por lo que la crítica especializada ha catalogado como legato preciso, brillantez vocal, dominio estilístico e histriónico, María Eugenia Barrios debutó a los 18 años de edad en 1959 en la interpretación de la salida de Cecilia Valdés, bajo la batuta del Maestro Gonzalo Roig, entregando momentos memorables a la historia del arte lírico nacional.

Entre los principales logros de la también Doctora en Ciencias sobre Arte María Eugenia Barrios están haber sido protagonista del estreno absoluto de Conjuro, poema sinfónico de Roberto Valera y de la también premier mundial de la ópera ¡Écue Yamba O!, de Sánchez Ferrer. Ella también fue participante del rescate de La Esclava, de José Mauri, según puesta en escena de Adolfo de Luis.

Igualmente, María Eugenia Barrios ha sido elogiada por sus desempeños protagónicos en óperas como Madama Butterfly y Tosca, de Giacomo Puccini, entre otros títulos del repertorio lírico universal, a lo que se han sumado sus aportaciones pedagógicas en la formación de nuevas generaciones de intérpretes en el país, en virtud de su trabajo como profesora de canto en el Instituto Superior de Arte.

El corresponsal de guerra Lino Novás Calvo

Un volumen de 647 páginas recoge las crónicas y artículos sobre la Guerra Civil española que escribió Lino Novás Calvo

El libro Un escritor en el frente republicano, compilado por el eminente investigador Carlos Espinosa Domínguez, aparece  coeditado por el Fondo de Cultura Económica y el Consello da Cultura Galega. En el volumen hay una recopilación de las crónicas y artículos sobre la Guerra Civil española que escribió Lino Novás Calvo (Grañas do Sor, A Coruña, 1903-Nueva York, 1983).

Lino Novás Calvo, valorado como uno de los mejores cuentistas de Hispanoamérica, acompañó al ejército republicano durante la Guerra Civil española, como corresponsal de los periódicos Frente Rojo, Mundo Obrero y Ayuda. Desde la primera línea del campo de batalla envió decenas de crónicas en las que dejó el testimonio de primera mano de un observador apasionado (en ellas se evidencia claramente su apoyo incondicional a la república).

Su gran valentía al escribir desde el escenario de los combates le ganó la admiración y el respeto de los soldados y oficiales. Fue además el periodista que más tiempo estuvo en aquel conflicto bélico, que cubrió desde octubre de 1936 hasta enero de 1939. Los artículos compilados en este libro, hasta ahora inéditos, conforman un relato de dimensiones épicas que es posiblemente el registro más abarcador y completo que existe sobre esa guerra.

Además de la rica e inestimable información que aportan, los textos recopilados por Carlos Espinosa Domínguez muestran la visión que Lino Novás Calvo tuvo de aquellos trágicos sucesos. A ello se agregan la regularidad y constancia con que los publicó, algo que permite seguir el curso que iban tomando. El modo admirable que demostró en el cumplimiento de esa misión como historiador bajo presión —así llamó a los corresponsales bélicos Ernest Hemingway, quien sabía mucho sobre el tema— se materializó en esta cartografía del infierno que son las excelentes y vívidas crónicas incluidas en el libro Un escritor en el frente republicano.

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