Categoría: Letras Canciones

Encuentro con la poética de Leonardo García

Encuentro con la poética de Leonardo García

Por Joaquín Borges-Triana
Leonardo García es sin la menor discusión uno de los trovadores más completos en la actualidad en Cuba. Él domina la técnica guitarrística como pocos de sus colegas de oficio, sabe interpretar vocalmente sus canciones y escribe como si fuese un poeta de mayor edad. Pero si todo lo anterior fuese poco, Leo es una buena persona, algo que cada vez nos hace más falta. Por ello y porque soy fanático absoluto de sus
composiciones, hoy publico un puñado de textos de sus canciones y que dan idea de por donde se mueven las motivaciones de este fundador de la Trovuntivitis en Santa Clara, esa reunión de amigos que tuviese en
el núcleo inicial a gentes como Alain Garrido, Diego Gutiérrez y Roly Berrío.

Textos de canciones de Leonardo García

DÍAS CORRIENDO

Días corriendo, caminos fuertes
Por entre las rocas del callejón
Busco rincones donde acampar
Para descifrar mi silencio
Río revuelto, partes o cauces
Separando el cuerpo y el corazón
Puertos distintos, Firme almirante
teniendo dónde desembarcar

Divertir el aire de la esperanza
Me consuela
Preparar el huerto
Me hace la vida pasajera
Castigar el polvo de los años,
No vale la pena.

La casa, la ventana abierta,
El mundo riéndose afuera
Hay que morir un poco cada día
Para escribir el cuento,
Para intentar la vida

Días corriendo,
Vueltas y vueltas
Llegaremos locos hasta el final
Suerte a la suerte,
Penas partidas,
Continuaremos a la deriva

Divertir el aire de la esperanza
Me consuela
Preparar el huerto
Me hace la vida pasajera
Castigar el polvo de los años,
No vale la pena

LA NIÑA SE DIVIERTE

Llega una voz de la cocina,
La niña se divierte
Las hormigas aplauden
Su cancioncita

Soñando con los peces
Que volarán al jardín
Las flores te llaman
Adriana, contesta,
Está llegando el aire
Que te arrodillará la vida

Tus pasos susurran
Por no dañar a nadie
Todo lo que juega en tus ojos
Se elevará

Canta una melodía
Alborotando la casa
Y la pared está poniendo
Una mancha
Adriana, contesta,
Te están gritando un nombre
Que nos aliviará la vida.
Tus pasos susurran
Por no dañar a nadie
Todo lo que juega en tus ojos
Se elevará

CAFÉ

Hoy caminé la cuerda floja del tiempo
Y me miré de animalejo en un cuento
Salió corriendo el destino,
Se puso viejo el camino.

Las hojas en los árboles, riendo de mí,
Se montan en mi frente,
Arrugada, feliz.
Las cuevas y los bosques que me hicieron llorar
Hoy solo se presienten, dejándome pasar

Lenta, llega. Torpe, llega,
Caníbal de mi fe,
Y mi suerte, tropezando
Depende de un café

Que puede hacerse hoy domingo,
Si me levanto de lunes y no me encuentro
De pasajero en las nubes

Películas y cuentas que aturdieron mi paz
Sacuden sus arañas, mirándolas brillar
Memorias y paredes que soñaron llegar
Resuelven sus instintos y aprenden a callar

Lenta, llega. Torpe, llega,
Caníbal de mi fe,
Y mi suerte, tropezando,
Depende de un café

EMIGRO

Monto en el auto
Ya casi termino
Sostengo una foto de algunos amigos
Comienzo a moverme
Sopla la confianza en la ventana

Pasan las últimas casas
Y el pueblo se pierde
Detrás de los perros
Las cercas me ladran
Y estallan mis ojos
Las pupilas rotas me delatan
Los tiempos se han vuelto duros

Correr sin un sentido
Es intentar el sueño de vivir
Llevo el alma de abrigo
No debo detenerme a pensar
No volveré la cabeza
No quiero mirar

Hay una garza volando a la izquierda
Su sombra y mi sombra
Se cortan y juegan
Vendrán juntas al valle
Abandonan el río
Y ya se alejan

Cuentan los campos
Que en campos vecinos
Los ciervos se escapan
Rozando dormidos
Sobrecargas del tiempo
Nos apartan los pasos
Del camino

Y el mundo será testigo
De esta carretera
De entregarme adentro
A mis arenas

Ya oscureciendo, las luces despiertan
Aprieta el invierno
Y es la niebla muerta, todo lo que vivo.

Correr sin un sentido
Es intentar el sueño de vivir
Llevo el alma de abrigo
No debo detenerme a pensar
No volveré la cabeza
No quiero mirar

37 VERSOS PARA UNA MUJER

Estoy velando la esquina
por donde pasan tus gatos
Se está quemando el arroz en la cocina
Mi humanidad te respira
Y entre el olor a tostado
Se concentran los pecados de mi vida
Hoy que llegué tan lejos
Hasta el salón donde bailan
Los caramelos largos que me faltan
Y es que no hay encanto mayor
Que escuchar los pies de tu corazón
Cuando se acerca al mío.
Aquí está el pecho, mujer,
Que ya sé que lo herirás:
¡Más grande debiera ser,
para que lo hirieses más!

Porque noto, alma torcida,
Que en mi pecho milagroso,
Mientras más honda la herida,
Es mi canto más hermoso.

Hoy que llegué tan lejos
Hasta el salón donde bailan
los caramelos largos que me faltan;
Y es que no hay encanto mayor
Que escuchar los pies de tu corazón
Cuando se acerca al mío.

BAILANDO EN LA TELARAÑA

Pasa la gente del brazo de la situación
Los árboles se ríen de los caprichos del tiempo
Este y Oeste se pierden en contradicción
Por un sano aguacero que salvará mis cultivos.

La felicidad tocará a la puerta y tú
Tienes que aprender a reconocerla
Son esos momentos los que te dan la luz
No dejes que la vida te pierda.

Suelo transitar por la llovizna retando al sol
Sobre una calle lenta que abre sus piernas
Humedeciendo el sudor
Un canto humano ha desarmado las cadenas
Y mi palabra blanca te enseñará
Que soy gente buena

Suéltale las manos a la cabeza y ven
Vamos a bailar en la telaraña
Es inteligente convocar al bien
Para subir la montaña.

Lobos cruzando la calma de luna
Llegarán de lejos
Compartiremos la carne más dura,
El agua y el juego.

La felicidad tocará a la puerta y tú
Tienes que aprender a reconocerla
Son esos momentos los que te dan la luz
No dejes que la vida te pierda

Suéltale las manos a la cabeza y ven
Vamos a bailar en la telaraña
Es inteligente convocar al bien
Para subir la montaña.

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